◄ ¡ Hola ¡ Saludos desde MÉRIDA (España). Ciudad romana y Monumental. Si puede, no deje de visitarla. │◄ Hello! Greetings from MERIDA (Spain) Roman and Monumental City. If it can, it does not let visit it │◄ Bonjour ! Salutations de la ville romaine et monumentale de MÉRIDA (Espagne). Si elle peut, elle ne laisse pas la visite il. │◄ Hallo! Grüße MÉRIDA (Spanien) von der römischen und hervorragenden Stadt. Wenn sie kann, läßt sie nicht Besuch es. │◄ Ciao! Saluti dalla città romana e Monumental de MERIDA (Spagna). Se può, non lascia la chiamata esso. │◄ Hello! Cumprimentos da cidade Roman e Monumental de MERIDA (Spain). Se puder, não deixa a visita ele.

MI OFICINA ME PONE ENFERMO

EL SÍNDROME QUÍMICO, POCO ESTUDIADO EN ESPAÑA Es una dolencia que afecta a millones de personas. Se contrae con productos que contaminan. Rafael Carrasco (22 de junio 2007) Fatiga permanente, dolor de articulaciones, disfunción mental o dolor de garganta. Le llaman síndrome químico o intolerancia química múltiple y es una severa dolencia que condiciona la vida de millones de pacientes, cada vez más, pese a lo cual, en España, la Administración ni siquiera reconoce la enfermedad. Ahora, afectados de toda España han decidido salir del armario y han redactado un manifiesto cívico sobre el derecho a exigir protección y el “no uso de ciertos productos contaminantes” en lugares de trabajo, escuelas o edificios residenciales.
En Estados Unidos se calcula que el 16% de la población sufre intolerancia a los químicos de uso común. En nuestro país no se sabe cuántas personas sufren esta dolencia o síndrome, porque la Administración sanitaria no ha hecho ninguna estadística ni estudio epidemiológico ni presta una atención especial a estas personas. La Fundación Alborada está preparando un estudio sobre la incidencia en España, pero tardará años en concluirlo dadas las limitaciones económicas de esta entidad privada y la complejidad de la enfermedad y de los enfermos.
Contaminación Ana Cárdenas es una de esas víctimas de la química. Trabajaba en la Seguridad Social de Sabadell (Barcelona) y su oficina, como otras muchas, fue fumigada con un cóctel contra plagas compuesto, básicamente, por pesticidas organofosforados, según ella y otros compañeros, “sin tener en cuenta las malas condiciones de ventilación de la oficina”. Aunque en 1999 cesaron las fumigaciones, la contaminación del ambiente era tal que, dos años después del último rociado, un estudio medioambiental llegó a la conclusión de que la instalación seguía contaminada. “En cinco o seis oficinas –explica la afectada– empezó a haber problemas de salud entre los empleados, de los cuales, dos están incapacitados y otros dos han muerto sin que se les hiciera siquiera una autopsia para ver cuántos contaminantes había en su cuerpo”.
Ana tiene más suerte: sus dolores y disfunciones sólo la tienen incapacitada para trabajar. El manifiesto redactado por enfermos como ella, que será enviado a numerosas instituciones públicas y privadas, reivindica su derecho a respirar aire sano y libre de productos nocivos, así como saber, “de forma clara y detallada”, qué tipo de productos de limpieza, ambientadores, pinturas y de más químicos se han utilizado o se van a utilizar en los lugares de trabajo, las escuelas de sus hijos, los centros administrativos o cualquier otro lugar público “para poder enterarme de sus componentes y potenciales peligros para mi salud antes de inhalarlos irremediablemente”. “Se nos ha tachado de enfermos, demasiado sensibles, débiles, simuladores, exagerados o incluso faltos de cordura”, lamenta la doctora Pilar Muñoz Calero, presidenta de la Fundación Alborada, y afectada ella misma de sensibilidad química.

0 comentarios: