American Staffordshire Terrier
Origen y Evolución
Sus orígenes se remontan al menos a los siglos
XVI y
XVII, cuando las peleas de perros contra toros y contra osos se hicieron muy populares en el Reino Unido. Precisamente este punto, las peleas contra toros, inclina a algunos estudiosos a exponer que uno de los ancestros de esta raza fue el
Spanish Bulldog, nombre con el que se conocía al perro de presa español, dada la tradición sobre la cría del toro bravo en España. A este respecto, hay constancia de que en 1868 el señor
Marquardt importó desde España dos ejemplares y que en 1873
Frank Adcock se llevó otros tantos.
Otra de las aficiones de aquella remota época era el llamado «
ratting», que consistía en introducir en un foso un gran número de ratas y un
terrier; aquel perro que matara más ratas en menos tiempo era el ganador. Los perros que intervenían en esta actividad eran de diferentes razas, entre ellas se encontraba el
Old English Terrier, parecido al
Manchester Terrier pero con la cabeza más grande y fuerte.
Alrededor de 1800 se realizaron cruces de
Old English Terrier con
Bulldog y con
Blue Paul, un perro de pelea escocés, cuyos propietarios solían ser mineros de la zona de
Staffordshire, allí los empezaron a llamar
Bull and Terrier.
Una vez que se prohibieron las peleas de perros contra toros y osos, los propietarios de estos ejemplares se dedicaron a enfrentarlos entre sí. Debido a su agilidad, rapidez, inteligencia y resistencia, rápido desplazaron a los
Bulldog, de modo que las contiendas se hacían más espectaculares y duraderas. La fama que alcanzaron los
Bull and Terrier de la zona de
Staffordshire hizo que poco a poco recibieran este nombre, aunque no fue reconocido oficialmente hasta 1935 como
Staffordshire Bull Terrier. Una vez prohibidas las peleas de perros sus propietarios seleccionaron ejemplares con las mismas características pero de menor tamaño, para poder esconderlos mejor en caso de encontrarse con la policía.
Paralelamente se produjo una colonización del territorio americano, evidentemente los ciudadanos llevaban consigo sus perros, con ellos su costumbre de organizar peleas. Allí se seleccionaron ejemplares más pesados que los ingleses, ya que en Estados Unidos no estaban prohibidas las peleas de perros y no necesitaban ser escondidos. Con el tiempo estos perros fueron conocidos con el nombre de
American Staffordshire Terrier.
Descripción
La apariencia general del
American Staffordshire Terrier debe dar la impresión de una gran fuerza para su tamaño, de estar bien constituido, además de ser musculoso y ágil. Aunque
bajito, debe denotar una extraordinaria capacidad para el trabajo. La cabeza es de longitud media, pero a la vez señalada por su tamaño; con cráneo ancho y
stop bien marcado; los músculos de las mejillas deben estar bien desarrollados; la trufa es de color negro muy definido; el hocico es de longitud mediana, redondeado en la parte superior para alzarse de forma abrupta debajo de los ojos; las mandíbulas están bien definidas, la inferior ha de ser poderosa y tener fuerza para morder; los ojos son oscuros y redondos, colocados bajo el cráneo y bastante distanciados, no se admiten párpados rosados; las orejas son de inserción alta y pueden aparecer cortadas o no; si no están cortadas, deben ser cortas y llevadas con forma de media rosa o tiesas; las orejas caídas penalizan. El cuello es voluminoso, algo arqueado, se
ahúsa desde los brazuelos hasta la parte posterior del cráneo; nada de piel suelta; su longitud es media. El cuerpo tiene un dorso bastante corto, con ligero declive desde la cruz hasta el anca y con inclinación suave y corta en el anca hasta la base de la cola; el lomo es algo remetido; el pecho es profundo y ancho y tiene las costillas muy curvadas, profundas en la parte posterior; todas están muy juntas. La cola es corta en comparación con el tamaño del perro, de colocación baja, adelgaza hasta formar una punta fina; no doblada o mantenida sobre el espinazo; sin amputar. Las extremidades anteriores deben ser rectas, de huesos grandes y con la cuartilla vertical; ninguna semejanza con una curvatura en la parte delantera; los hombros son fuertes y musculosos, con omóplatos anchos e inclinados. Las extremidades posteriores son muy musculosas, con los corvejones bajos sin volverse hacia adentro ni hacia afuera. Los pies son de tamaño moderado, bien arqueados y compactos. La altura a la cruz está en los machos entre 46 y 48 centímetros y en las hembras, entre 43 y 46 centímetros. Su modo de andar debe ser elástico, pero sin balanceo ni mover al tiempo los pies del mismo lado (ambladura).
Se admiten los ejemplares de cualquier color y distribución: uniforme o parcial con manchas blancas, a excepción de estos cuatro: el blanco completo, más del 80 por ciento blanco, negro y fuego e hígado. El manto debe ser liso, corto y espeso, rígido al tacto y lustroso.
Carácter
Debido a su ascendencia todavía es una raza de pelea, por lo que controlar su carácter dominante es una tarea no apta para cualquier aficionado. Es muy fiel al dueño, le encantan los niños y responderá a las distintas situaciones según haya sido adiestrado. Es fundamental que desde temprana edad se relacione libremente con sus congéneres para que se dé cuenta de su superioridad física sin necesidad de demostrarlo. Se le deben inculcar disciplina y obediencia sin agresiones. Un ejemplar de esta raza ostenta el
récord conocido de duración de una mordida, 45 minutos.