Bulldog Americano
Origen y Evolución
Hay algunos criadores que opinan que esta raza es reciente y que procede de cruces entre Bulldog, Bullmastiff y Pit Bull Terrier, pero su extraordinaria semejanza con el antiguo Bulldog, el padre de todos los Bulldog, hace pensar que esta sea la continuación contemporánea de aquella antigua raza que rozó la extinción.
Los orígenes de los perros de pelea están en el Reino Unido hacia la Edad Media, momento en el que los perros sólo se tenían si demostraban alguna utilidad. Los primeros en seleccionarlos fueron los carniceros y los ganaderos, quienes los utilizaban en su trabajo cotidiano, y que además de guardar al ganado protegían sus propiedades. Ya por aquel entonces a todos los perros que se dedicaran a esta labor se les llamaba Bulldog.
Al principio no tenían una morfología semejante, de hecho era muy diferente según las regiones, lo único que tenían en común es que procedían de los Mastiff y que pesaban alrededor de 50 kilogramos. Su llegada a las peleas se produjo por motivos socioeconómicos, pues las clases sociales menos favorecidas utilizaban esta actividad para poder ingresar algo más de dinero.
Precisamente la selección tan exagerada que sufrieron dio lugar a un tipo de perro realmente fuerte, muy resistente al dolor, dado que cuanto más valiente y resistente fuera mayor era su precio. Con la llegada del siglo XIX se prohibieron las peleas de perros contra los toros, y como las circunstancias sociales estaban cambiando, en el Reino Unido se empezó a cruzar a los antiguos Bulldog con otras razas, lo que daría como resultado la formación del Bulldog Inglés. Sin embargo, aquel Bulldog antiguo no pudo ser registrado como raza porque era considerado un perro de trabajo. Con el tiempo prácticamente desaparecieron del territorio británico pero llegaron a la colonia de Georgia hacia 1700.
Una vez más las circunstancias sociales dejaron al margen oficial a esta raza, que seguía siendo de utilidad. Además, como en el American Kennel Club ya había una raza llamada Bulldog, la que nos ocupa recibió múltiples nombres: Antiguo Bulldog, Bulldog de Faena, Pit Bulldog, Bulldog de Pelea, Sureño Blanco, Antiguo Blanco y Gigante de Georgia, entre otros.
El Bulldog Americano posee los mismos orígenes que el American Pit Bull Terrier, pero su evolución ha sido muy distinta, de modo que no puede ser considerado como una variedad de ésta. El Bulldog Americano no está reconocido por la FCI.
Descripción del Bulldog Americano
La apariencia general del Bulldog Americano es la de un perro poderoso, atlético, peso pesado, de mediano tamaño. Ligero de pies, su movimiento es poderoso y con determinación, dando la impresión de rapidez, poder y agilidad. Es curioso y está alerta. Es atrevido e intrépido sin ser hostil o demasiado agresivo. La primera impresión que debe dar es la de un Bulldog muy grande y atlético, no la de un poderoso terrier. La cabeza tiene forma de caja; el cráneo debe ser grande y cuadrado; su parte superior es plana y cubierta con poderosos músculos; debe tener un claro surco entre los ojos; la trufa es negra, grande y con amplias fosas nasales; el hocico es cuadrado, marcado, ancho y poderoso, su longitud debe ser un tercio del largo de la cabeza; los ojos son redondos, están bien separados y de color marrón; las orejas pueden estar colocadas en rosa o colgando y pueden ser llevadas semierectas. El cuello es bastante corto pero sin exagerar; grueso y poderoso; ancho y bien musculado. El cuerpo es robusto y poderoso, ancho sin exageraciones; el dorso es bastante corto y poderoso y debe estar ligeramente por debajo del lomo, lo que da elasticidad y poder a los cuartos traseros; el vientre, ligeramente recogido; el pecho es profundo, con amplias costillas. La altura a la cruz en los machos está entre los 55 y los 65 centímetros, con un peso entre los 35 y los 55 kilogramos. La altura de las hembras oscila entre los 50 y los 60 centímetros, y su peso está entre los 27 y 40 kilogramos. La cola debe ser bastante larga para llegar a los corvejones, o superarlos ligeramente; debe ser moderadamente gruesa y como una extensión del espinazo; debe ser poderosa; la cola a menudo será llevada sobre la espalda cuando el perro está en movimiento o excitado, debe terminar en un semicírculo, lo cual es evidente cuando la lleva sobre la espalda. Las extremidades anteriores son rectas y bien musculadas, en perfecto equilibrio con las traseras. Las extremidades posteriores son muy musculosas, pero no tan anchas como los hombros; moderadamente anguladas y paralelas.
El pelo en todas la variedades debe ser corto, duro y brillante. El color preferido es el que tiene al menos la mitad del manto de color blanco con parches de color. Un perro todo blanco es igualmente aceptable siempre que no tenga problemas de audición. Los parches de color pueden tener algún matiz atigrado o marrón (fuego, rojo, amarillo, cervato sin máscara negra, etc.).
No se admiten el negro uniforme, negro y fuego, negro e hígado, mirlo y cervato con máscara negra.
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