Las letras más pequeñas de la historia
■ Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford acaba de igualar un extraño y sorprendente récord: el de haber conseguido escribir las letras más pequeñas del mundo. Su tamaño, de apenas 1,5 nanómetros (un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro), es tan diminuto que ni siquiera un microscopio corriente podría leerlas con claridad.
Christopher Moon y Hari Manoharan han conseguido así repetir un hito. El alcanzado en 1991 por científicos japoneses, que fueron capaces de tallar, utilizando un microscopio de efecto túnel, letras de ese mismo tamaño en un cristal de disulfuro de molibdeno. Apenas un año antes, los ingenieros de IBM Donald Eigler y Erhard Schweizer habían inaugurado la "carrera" hacia la escritura miniaturizada al conseguir escribir, con letras de 5 nanómetros, el nombre de su empresa con 35 átomos de xenon sobre una superficie de níquel.
El proceso
Pero volvamos al presente. Moon y Manoharan utilizaron, igual que habían hecho sus predecesores, un microscopio de efecto túnel para colocar, en esta ocasión, moléculas individuales de monóxido de carbono sobre una superficie de cobre. Pero a diferencia de sus colegas, formaron con ellas hologramas en lugar de usarlas directamente para escribir en una superficie. Al principio, las moléculas se dispusieron según un patrón circular, con un vacío en el centro, en una figura que recuerda vagamente a la de un "donut".
Para "obligarlas" a formar letras, el equipo de científicos bombardeó después las moléculas con un haz de electrones, enviados a través del cobre, algunos de los cuales formaron "ondas" en la superficie. Las ondas dispersaron las moléculas de monóxido de carbono, interfiriendo con ellas para proyectar patrones holográficos en el vacío central, cambiando su forma. "Imagine el cobre como una piscina poco profunda –dice Manoharan- en la que hemos colocado algunas piedras (las moléculas de dióxido de carbono). Las ondas del agua se esparcen e interfieren con las rocas, adoptando formas y patrones bien definidos". Si las piedras se han colocado de la forma correcta, el patrón de las olas adoptará la forma de letras.
El método aparece descrito con todo detalle en un artículo publicado esta semana en "Nature Nanotechnology". En él, los autores destacan la importancia de haber demostrado que la información puede ser almacenada con una densidad que muchos no creían posible. "Se pensaba –dice el artículo- que el espacio finito entre átomos en un sistema de materia muy condensada suponía un límite rígido a la densidad de información. Aquí hemos demostrado que es posible superar ese límite con este método holográfico y basado en las funciones de onda de los electrones".
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