Las vacas y su 'sexto sentido'
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Vacas en Valladolid. (Foto: Xose Marra)
U Un grupo de investigadores de la Universidad de Duisburgo-Essen, en Alemania, asegura que las vacas se orientan para comer y dormir con una inusual frecuencia en dirección norte-sur, un hasta ahora desconocido 'sentido magnético', como le llaman los científicos.
ESTUDIO PUBLICADO EN 'PNAS'
Los científicos, dirigidos por la alemana Sabine Begall, descubrieron el fenómeno a partir de fotos satelitales extraídas de Google Earth.
Los investigadores analizaron la conducta de 8.510 bovinos en 308 campos de pastoreo en todo el mundo: en América Latina, Norteamérica, Rusia, Asia y África. Entre las investigadas estuvieron incluso 'vacas sagradas' de la India.
Aunque esto se puede deber a la influencia del campo magnético terrestre en los procesos fisiológicos de los animales, como por ejemplo en la producción de leche, no se sabe con certeza qué elementos facilitan esta particular habilidad. "Las causas de este comportamiento nos resultan todavía completamente desconocidas", afirma Begall.
Los resultados de la investigación, publicados en la revista científica 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), apuntan que la influencia del viento y el sol puede descartarse completamente como causa de esta llamativa conducta bovina. "Si el sol fuera la causa, su orientación se habría modificado con el avance del día", argumentó la científica.
Procesos fisiológicos
Según los investigadores, esto probablemente se debe a que la 'orientación magnética' de las vacas esté relacionada con procesos fisiológicos de su cuerpo, como la producción de leche, por ejemplo.
Otros, en cambio, creen que ese tipo de 'magnetismo vacuno' es una herencia primitiva de orientación usada en los tiempos en los que los vacunos componían grandes manadas y tenían que recorrer largos trayectos para sobrevivir.
Los efectos del magnetismo ya han sido estudiados en los pájaros. El sentido magnético está también comprobado en el caso de diversos roedores, peces y de una especie de murciélago.
Por ejemplo, el curí gris africano, que tiene el tamaño de un hámster, se orienta según el campo magnético. Una vez los investigadores cambiaban el magnetismo, el curí cambiaba la dirección de la construcción de su túnel en relación con la que indicaban las agujas de la brújula manipulada por los científicos.
"Después de estos resultados tenemos la idea de investigar el sentido del magnetismo también en mamíferos mayores", contó Begall. Los resultados a los que se llegó con ayuda de Google Earth respecto de las vacas son "muy significativos", agregó la investigadora.
Por ahora no hay indicios que permitan determinar si el sentido magnético también es patrimonio de las personas. En sus próximos trabajos los investigadores de Essen aplicarán el estudio de ovejas, caballos y jabalíes. El equipo de Begall también quiere investigar la conducta colectiva de las personas que asisten a multitudinarios conciertos de música y acampan al aire libre.
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