El mito de las pirañas agresivas
A pesar de su dentadura, no atacan tanto. (Foto: SPL)
MADRID.- La leyenda negra que sufren las pirañas acerca de su agresividad y voracidad no se corresponde con la realidad. Una reciente investigación acaba de desvelar que las distintas familias de estas especies de agua dulce se agrupan en grandes bancos fundamentalmente para protegerse de otros depredadores, y no para atacar premeditadamente y luego devorar a presas mucho más grandes.
Una investigación realizada por un equipo de la Universidad británica de Saint Andrews, asegura que la mayoría de estos peces son omnívoros, por lo que además de alimentarse de otros peces, también entran en su dieta insectos y plantas, e incluso las escamas de sus congéneres. El estudio, publicado a raíz de la apertura de una exposición en Londres de la Real Sociedad Británica, en Londres en colaboración con el Instituto de Desarrollo Sostenible de Brasil, afirma que las especies que forman la familia de los carácidos son también devorados, al estar situados en un eslabón intermedio de la cadena trófica de los ecosistemas de los ríos africanos e iberoamericanos.
La presencia de grandes depredadores en esos hábitats, como cocodrilos, caimanes o delfines, les ha llevado a adoptar reacciones grupales de defensa, entre las que se incluye el formar grandes cardúmenes de manera similar a cómo lo hacen la mayoría de los peces.
«Hemos hallado que se trata sobre todo de un comportamiento defensivo», ha declarado la investigadora de la universidad británica, Anne Magurran. Esa actitud se adopta cuánto más pequeños son y menos cantidad de agua hay en el medio. Si el río lleva abundante caudal, optan por la dispersión.
Lo que más ha contribuido a crear la leyenda negra sobre es que tengan una poderosa mandíbula con aspecto aterrador. Sus dientes puntiagudos y afilados parecen servir sólo para depredar. Pero otras pirañas sólo tienen molares para masticar vegetación, o dientes menos afilados para descarnar o raspar, según explica Ignacio Doadrio, profesor de investigación de Biodiversidad del Museo de Ciencias Naturales del CSIC.
Doadrio ha estudiado a las pirañas durante años y desconoce que se agrupen para atacar, y mucho menos a los humanos: «Se agrupan para reproducirse o defenderse», afirma. «Los ataques y la alevosía son propias de los humanos», añade.
Por contra, las pirañas siempre han sido una fuente de alimento de las poblaciones ribereñas. Y como con otras especies, existen problemas de sobrepesca. Y pese a su terrible dentadura, la contaminación causada por el hombre también les afecta.
GUSTAVO CATALAN DEUS
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario