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ROLLS-ROYCE DROPHEAD COUPÉ

ROLLS-ROYCE DROPHEAD COUPÉ NOVEDADES El éxtasis del espíritu. El nombre de la marca se utiliza popularmente como sinónimo de máxima calidad. Decir «es el Rolls de...» equivale a situar cualquier producto en lo más alto. El nuevo descapotable mantiene la leyenda. El nuevo Rolls, con 5,6 metros de largo. Derivado del espectacular Phantom, ya fue mostrado en los salones del automóvil como un concept-car, entonces denominado Rolls-Royce 100 EX, para festejar el centenario de la marca de Goodwood. La versión definitiva fue exhibida, el pasado mes de enero, en el Salón de Detroit. El vehículo, con una longitud próxima a los seis metros, arroja en la báscula un peso de 2,6 toneladas, una masa que los 460 caballos de potencia de su poderoso motor de 12 cilindros en V mueven con inusitada soltura. El vehículo contiene todos los refinamientos que el más sibarita de los conductores pueda exigir a su vehículo, además, dispone de una interminable lista de extras, que permiten que no haya dos vehículos iguales. Y el Drophead Coupé, que será producido a un ritmo de tan sólo 200 unidades al año, ya ha comenzado a cautivar a sus potenciales compradores, de hecho, Rolls-Royce ya ha recibido 100 pedidos en firme de este impresionante coupé biplaza, cuyo precio de partida se sitúa en los 473.600 euros. Los responsables de la marca se muestran confiados en que venderán todas las unidades producidas y de que el 50% de los pedidos procederá de actuales propietarios de vehículos Rolls-Royce. El Drophead Coupé es el segundo modelo que comercializa Rolls-Royce después de ser adquirida por BMW en 1998 y está derivado del Phantom, el primer automóvil de la nueva era, aunque los cambios sobre éste son profundos. Para empezar, la longitud total se ha reducido en 25 centímetros, al acortar la distancia entre ejes, con el fin de mantener unas proporciones adecuadas. La génesis del nuevo vehículo se remonta algo más de tres años, cuando la firma británica presentó un prototipo cabriolet denominado 100 EX, un concepto que causó sensación y que hizo que en 2005 se tomará la decisión de construir un nuevo convertible basado en él. Hubo incluso quienes, al enterarse de esta circunstancia, quisieron depositar una importante fianza para ser de los primeros afortunados propietarios. El nuevo Phantom Drophead Coupé mantiene intacto el espíritu que durante algo más de un siglo ha caracterizado a los automóviles salidos de la fábrica de Goodwood. Continúa la tradición del largo y alto capó, una seña de identidad desde los comienzos y, en general, su diseño se aparta poco del clasicismo de antaño, aunque sí es cierto que suavizando una formalidad que resultaría excesiva en un descapotable, incluso de esta reputada marca. Las dimensiones del recién llegado asustan, con 5,6 metros de largo y casi dos metros de ancho, pero, sin embargo, guarda las proporciones con las que sueña cualquier creativo: la altura es, aproximadamente, dos veces el diámetro de las ruedas. Para la capota retráctil se ha recurrido a la lona, la más grande del mercado, que cuenta con cinco capas de material aislante entre el que se incluye el cachemir. Aquí, los responsables de estilo no se han plegado a la moda de los techos rígidos porque, en palabras del jefe de diseño de la marca, Ian Cameron, «no hay nada tan romántico como viajar de noche en un convertible con la lluvia repiqueteando en la capota».
LIGERO:
2.600 KILOS Desde el punto de vista técnico, el Drophead presenta soluciones muy interesantes. La estructura es casi toda de aluminio para aligerar al máximo un automóvil que, aún así, pesa más de 2.600 kilos. Y, con el fin de garantizar una óptima rigidez de la carrocería, el pilar A, es decir, el que más sobresale del coche y en el que va encastrado el parabrisas, está hecho de una sola pieza triangular de gran resistencia. También se ha reforzado el umbral inferior de las puertas que, por cierto, abren al contrario de lo normal, con las bisagras situadas en la zona posterior. Este es un guiño muy típico de Rolls, que viene condicionado por esa forma de triángulo que tiene el montante delantero y, además, supone una ventaja a la hora de entrar y salir del habitáculo. Una vez dentro, las puertas se cierran apretando un botón. Estéticamente, el nuevo descapotable de la doble R es una obra de arte. La calidad de todos los materiales empleados es insuperable, desde las maderas, al cuero, pasando por los elementos cromados o las alfombrillas, hechas de sisal para resistir sin problema el agua. En el salpicadero se combina con maestría el clasicismo de las formas con un sabio toque de modernidad. Por ejemplo, el volante es de tipo antiguo, aunque incorpora diferentes mandos del vehículo, y mantiene un gran diámetro y un aro fino, muy agradable en cualquier caso. En la construcción de un modelo básico, sin extras y dejando aparte el tiempo que lleva montar el motor, se emplean unas 350 horas de trabajo absolutamente artesanal. Ningún detalle se pasa por alto. La plataforma de teca bajo la que se guarda la capota, que está hecha de más de 30 piezas cuidadosamente seleccionadas y protegidas por una mezcla especial de aceites, es digna de los más lujosos yates. También el equipo de sonido, con 15 altavoces distribuidos por todo el perímetro del interior, dejará boquiabiertos a los amantes de la música más exquisitos. Otro toque elegante y confortable es el de los asientos traseros, que redondean las esquinas y se prolongan por el lateral. Todo eso, sin hablar de las posibilidades de personalización ilimitadas que Rolls-Royce ofrece a sus clientes. El director de este importante departamento comentaba algunos de los caprichos habituales, como los de quienes se presentan con un maravilloso mueble y piden que se emplee exactamente ese tipo de madera en la unidad que van a comprar. Y es que, según las estimaciones de la propia marca, de los futuros propietarios de un Dhophead, el 50% serán poseedores de un Phantom y todos tendrán en su garaje no menos de seis u ocho coches.
GRAN SUAVIDAD:
A pesar de sus dimensiones, el nuevo convertible tiene un comportamiento intachable y es fácil de llevar. A ello contribuyen unas excelentes suspensiones neumáticas, que apenas dejan sentir las irregularidades del terreno, y un perfecto reparto de pesos de un 50% en cada eje, así como los grandes neumáticos de 21 pulgadas que pueden rodar sin aire unos 160 kilómetros a 80 km/h. El motor V12 de 460 caballos, unido a un cambio automático ZF de seis marchas de gran suavidad, mueve con soltura esta mole de más de 2,5 toneladas que detienen razonablemente bien cuatro gigantescos discos de freno, aunque no conviene abusar en exceso de su uso. Las primeras unidades del Drophead Coupé llegarán a España a finales de verano, a un precio de 473.600 euros, con impuestos incluidos. Sin embargo, quien solicite ahora un coche no lo recibirá hasta los últimos meses de 2008, pues la producción anual no sobrepasará los 200 vehículos cuando esté a plena capacidad y ya hay más de 100 pedidos hechos.

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