Empresas más cooperadoras
En el lado positivo la Comisión Europea destacó que las empresas están cambiando de actitud respecto al hecho de retirar productos defectuosos del mercado. El Ejecutivo comunitario puso ayer el ejemplo de la multinacional holandesa Philips y su cafetera Senseo, que ha tenido que retirar y sustituir del mercado por un defecto hace unos meses, y que ha mostrado durante todo este tiempo una gran colaboración con las autoridades europeas de consumo.
La legislación europea establece que los productores y los distribuidores son los primeros responsables de la seguridad de los productos que ponen en el mercado y, cuando tienen una sospecha de que un producto puede ser negativo para los consumidores, son ellos mismos los que tienen que encargarse de su retitada, como hizo hace unos meses el fabricante de juguetes Mattel.
El informe anual de la Comisión Europea sobre el sistema de alerta ante productos de consumo peligrosos (Rapex), presentado ayer por la comisaria Kuneva, insiste en que «la seguridad no es un lujo y que, precisamente en periodos de crisis económica, cuando el precio se convierte en factor determinante en la elección de los consumidores, se deben redoblar los esfuerzos y estar especialmente vigilantes ante los productos peligrosos».
El aumento de la detección de productos peligrosos para la salud, que pueden provocar desde heridas hasta el estrangulamiento pasando por la descarga eléctrica, se debe, según Bruselas, a una mejora de los sistemas de control de los diferentes servicios de inspección de los países europeos, que son quienes tienen la potestad de hacerlo y, posteriormente, la obligación de informar al resto de los 30 países que forman parte de la red Rapex.
Por tipos de productos un año más se ha comprobado que son los juguetes (498 alertas), los aparatos eléctricos (169 alertas) y los vehículos a motor para niños (160 alertas) los que más han puesto en riesgo la salud de los consumidores europeos ya que, juntos representan el 53% del total de notificiaciones. Este año la novedad es que, con 140 alertas, los productos textiles, incluida la ropa, se han alzado con la cuarta posición de productos peligrosos detectados.
Además del tipo de producto peligroso, otra de las constantes que se pueden observar entre el informe de 2007 y el de 2008 es que China no sólo sigue siendo el origen de la mayoría de estos productos sino que aumenta. De hecho han pasado de representar el 52% del total en 2007 al 59% en 2008. Bruselas justifica este dato negativo, a pesar de los esfuerzos de acercamiento que se han hecho en este campo, en el hecho de que han aumentado las importaciones procedentes de ese país asiático, así como la vigilancia de las autoridades de consumo europeas sobre estos productos.
China quiere autocontrolarse
El informe Rapex señala que, de hecho, las autoridades chinas adoptan cada vez más medidas restrictivas sobre sus propios mercado que, a su vez, el Gobierno de ese país transmite a Bruselas con periodicidad trimestral.
Detrás de China, incluida Hong Kong, aparecen Turquía y Estados Unidos como países de procedencia de estos productos peligrosos, con un 2% cada uno de ellos respectivamente, aunque lejos del 59% de los productos chinos.
Control de calidad en la fabricación de los juguetes.
Una de las cosas más alarmantes en relación con los productos peligrosos es que, precisamente los más indefensos, como son los niños, son los más expuestos a ellos.
En 2008 sólo los juguetes y los productos de puericultura para ellos representaron el 38% del total de productos peligrosos detectados en las tiendas europeas. Para frenar esta alarmante situación la Comisión Europea ha firmado un pacto con la industria europea del juguete por el que ésta se ha comprometido a compartir experiencias en materia de seguridad en la fabricación y a aumentar su colaboración con las autoridades de consumo de cada uno de los países. A este acuerdo con la industria europea le siguió hace unos meses uno similar con los importadores y distribuidores de juguetes ya que la legislación europea establece que los distribuidores son también coresponsables de la seguridad de los productos que están vendiendo, en este caso los juguetes.
Algunos de los más peligrosos:
Juguetes que ahogan
Los juguetes peligrosos detectados en Europa en 2008 presentan riesgo para los niños desde el momento en que se les desprenden piezas pequeñas (ojos, por ejemplo, en el caso de los ositos), y éstas pueden provocar el ahogamiento del niño. Además algunos juguetes están fabricados con sustancias químicas prohibidas que pueden llegar a ocasionar también quemaduras.
Enchufes que electrocutan
Los clásicos «ladrones» que se pueden encontrar en las tiendas de venta de productos chinos que hay por toda la geografía española pueden acabar con el individuo que los manipula electrocutado, a lo que hay que sumar el consiguiente riesgo de incendio de la vivienda.
Lámparas que arden
Las lámparas infantiles son otros de los productos que están en el punto de mira de los servicios de inspección de consumo de los países europeos ya que se han detectado casos en los que éstas se calientan en exceso y pueden llegar hasta a arder. Esto se ha detectado en las pequeñas lámparas, denominadas «puntos de luz», que algunos niños suelen dejar encendidas toda la noche para evitar la oscuridad.
Fuente:ABC
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