800 terroristas de Al Qaida en el Magreb amenazan a España, Francia e Italia
Las Fuerzas de Seguridad han realizado varias operaciones contra organizaciones integristas en España.
■ La amenaza mundial de Al Qaida.
Informes de expertos internacionales advierten de la peligrosidad de este grupo. Entrena a células de terroristas suicidas para que actúen en sus países de origen, camuflado en las comunidades magrebíes.
El máximo dirigente del grupo, Droukdal, ha lanzado amenazas contra España y contra las autoridades francesas.
Al Qaida del Magreb (AQM) constituye la principal amenaza para España, según informes elaborados por expertos internacionales en terrorismo islamista a los que ha tenido acceso LA RAZÓN. Italia y Francia se encuentran en el mismo nivel de riesgo, por residir en estos países numerosas comunidades magrebíes y porque, en el pasado, fueron estados «colonialistas».
El cabecilla de este grupo, Abdelmalek Droukdal, ha amenazado en varias ocasiones a nuestro país y a las autoridades galas, en la misma línea que el número dos de Al Qaida, Ayman al Zawahiri. En los últimos vídeos que han sido difundidos por la organización terrorista aparecía nuestra bandera, junto a la de Estados Unidos y otros países que combaten en Afganistán, señalada como un claro objetivo.
AQM surgió del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) y se unió a Al Qaida a finales de 2006. Hizo pública su adhesión en enero del año siguiente. Los expertos creen que cuenta con más de 800 combatientes y, de momento, se muestra muy activa en Argelia y Mali.
En todo caso, se sabe que uno de sus principales objetivos es extender la influencia a Marruecos. De hecho, jóvenes de esta nacionalidad reciben instrucción en campamentos de AQM y, en el futuro, pueden formar células que actúen no sólo en el país magrebí, sino en España y en el resto de Europa.
En su afán de integrarse plenamente en el funcionamiento de Al Qaida, esta banda ha adoptado, según los citados expertos, los métodos más duros del grupo de Osama Ben Laden, y actúa sin miramientos contra otros ciudadanos musulmanes que se oponen a sus pretensiones y contra ciudadanos extranjeros, en especial en Mauritania.
Los planes incluyen atentados suicidas, y para ello está formando células con ciudadanos de varias nacionalidades para que actúen en sus países de origen.
Las pretensiones de AQM son extender su influencia en todo el Magreb, en Libia, Túnez, el Sahel y el oeste africano. El secuestro de ciudadanos extranjeros constituye una de sus fuentes de financiación. Los expertos siguen de cerca la actuación de AQM para tratar de evitar su salto a Europa, que no parece inmediato. Al tratarse de terrorismo islamista, las predicciones son muy difíciles de realizar, y la amenaza se puede convertir en atentado en cualquier momento.
La presencia de miembros de AQM en España y Francia se ha limitado a labores de logística y de captación de nuevos adeptos para el grupo. De hecho, se ha convertido en la organización de referencia en la zona del Magreb para aquellos individuos que se quieren convertir en yihadistas (luchadores).
El Movimiento Islámico de Uzbekistán (IMU) y la Unión de la Yihad IIslamica (IJU) son dos grupos que están estrechamente vinculados a Al Qaida, hasta el punto de prestar su colaboración directa en la guerra de Afganistán. El IJU ha atentado contra embajadas de Estados Unidos e Israel e intentó, sin éxito, lanzar ataques contra determinados objetivos en Alemania.
Batallón del Kurdistán
Uno de los grupos que ha llamado la atención de los investigadores es el «Batallón del Kurdistán» (AQIK), que data de 2006. Proclamó, en una remota región del Kurdistán, entre Iraq e Irán, el «Estado Islámico». Su intención era convertirlo en un «santuario» para la cúpula de Al Qaida y que pudiera salir de la situación de acoso que sufre en la frontera entre Afganistán y Paquistán.
AQIK cuenta con el apoyo directo de los cabecillas islamistas, que le prestan ayuda operativa y económica. Además, se sabe que cuenta en Europa con algunas células «dormidas», que han creado un entramado de apoyo logístico y que está en contacto con otros grupos terroristas. Asimismo, se dedica a formar combatientes para la guerra de Afganistán.
Ninguna zona del mundo está libre de los siniestros planes de Al Qaida. Y una potencia como China no iba a ser menos. Los expertos internacionales subrayan las actividades de ETIP, Partido Islámico del Este del Turquistán. Su objetivo es que uno de los grandes centros del «Califato Mundial», que pretenden crear los de Ben Laden, esté en la provincia de Xianjiang. De momento, los planes que tenían para atacar los Juegos Olímpicos de Pekín fracasaron por completo y se han tenido que conformar con difundir, a través de internet, mensajes en los que pedían que se perpetren acciones criminales contra las autoridades chinas. Se calcula que sus militantes no pasan del centenar y que se entrenan en la región paquistaní de Waziristán.
Las alarmas se encendieron cuando en el ataque militar en el que fue abatido un importante cabecilla de Al Qaida en Afganistán, Abu Laith al Libi, aparecieron los cadáveres de dos miembros de ETI. Con posterioridad, al igual que lo que ocurre con el Batallón del Kurdistán, se ha sabido que recibe el apoyo directo y económico de los cabecillas de Al Qaida y que, incluso, pese a sus debilidades operativas, reciben formación en el manejo de explosivos y de otro tipo de armas.
Con todo, la Jemaah Islamiyah (JI), que actúa en Indonesia, está considerada como una de las organizaciones más peligrosas.
Los golpes policiales que ha recibido y la detención de algunos de sus dirigentes, la han debilitado y dificultado las conexiones a nivel de dirigentes con el nudo central de Al Qaida.
La acción policial preventiva es fundamental
El cambio de estrategia a nivel mundial de la lucha contra el terrorismo islamista, haciendo hincapié en la acción preventiva, ha evitado grandes atentados que Al Qaida había planificado en su lucha contra Occidente. A veces, según se lamentan los expertos, la Justicia no acompaña con sus decisiones e importantes operaciones, que han llevado muchas jornadas de trabajo de numerosos agentes, se quedan en nada y los detenidos terminan puestos en libertad. En este tipo de terrorismo, a diferencia, por ejemplo, del de ETA, es muy difícil sorprender al delincuente con las armas y explosivos. Cuando las tiene en su poder, el atentado es inminente y es prácticamente imposible evitarlo. Por ello, las Fuerzas de Seguridad, pese estos «reveses», continúan incansables con su trabajo que siempre da resultados: los presuntos terroristas o los que lo quieren ser saben que pueden estar vigilados. La actividad policial es importante porque, como recuerdan los expertos, la finalidad de los grupos islamistas es la de acabar con nuestra civilización, basada en los valores cristianos, sistemas democráticos y de libertades, y crear un «califato» en el que sería impuesto el islam más radical.
Fuente: La Razón
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