El equipo de científicos dirigido por Pääbo ha logrado por ahora leer en torno al 63% de los datos genéticos del pariente prehistórico más cercano a los humanos modernos. Durante más de 100 años, investigadores de diversas disciplinas se han esforzado por determinar relaciones entre los Neandertal y los humanos modernos.
El paleogenético sueco y sus colegas han logrado secuenciar más de 3.000 millones de bases de ADN, tomando como material de partida muestras óseas de seis hombres del Neandertal.
La esperanza es que la secuencia del genoma ayude a clarificar las relaciones evolutivas entre el Hombre de Neandertal y el Homo Sapiens e identificar los cambios genéticos que hicieron posible que los humanos modernos salieran de África para distribuirse por todo el mundo hace cerca de 100.000 años.
"Uno de los objetivos del proyecto es encontrar diferencias con nuestros ancestros, elaborando un catálogo de variaciones que sirva como herramienta para los futuros biólogos" como evidencia de que la selección natural positiva descrita por Charles Darwin es acertada.
Otra de las cuestiones que podrían resolverse, una vez se logre descifrar el genoma completo, es el enigma de la desaparición del hombre de Neandertal, hace unos 30.000 años.
El gen del lenguaje
Algunas de las cuestiones a las que se piensa dar especial atención son genes importantes para la evolución humana como el FOXP2, involucrado en el lenguaje, y el locus Tau, relacionado con el envejecimiento cerebral, o el gen que determina si existe o no tolerancia a la lactosa.
Con respecto al lenguaje, el director del proyecto aseguró que "no hay razón para pensar que el hombre neandertal no articulara palabras, si bien no se puede demostrar aún lo contrario".
La mayor parte del material procede de un yacimiento en la cueva de Vindija, en Croacia, de donde se utilizaron los restos de tres neandertal. También se han empleado muestras de la cueva de El Sidrón, en Asturias, de un yacimiento en Mezmaiskaya, en el sur de Rusia, así como el esqueleto de 40.000 años de antigüedad, hallado en el propio valle de Neandertal, en Alemania, que dio nombre a esta especie.
El grupo de Pääbo ha trabajado en el proyecto bajo condiciones que impiden la posible contaminación del material genético del Neandertal con material genético humano durante el proceso de secuenciación.
Así, por ejemplo, Javier Fortea y sus colegas de la Universidad de Oviedo excavaron en el yacimiento de El Sidrón, bajo condiciones estériles, huesos de Neandertal datados hace 43.000 años y de ellos se han sacado secuencias que han sido comparadas con las de Croacia.
El Hombre de Neandertal habitó en Europa y partes de Asia occidental desde hace 230.000 hasta hace 29.000 años. Los investigadores parten del supuesto de que el Homo Sapiens y el Homo Neandertalis parten de linajes separados hace por lo menos 400.000 años.
Uno de los enigmas más interesantes que podría resolverse una vez descifrado al completo el mapa genético es si hubo algún momento de cruce entre ambos, lo que los científicos descartan por ahora.
Fuente: elmundo
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