La comunidad subsahariana de Roquetas defiende su historial pacífico en el barrio

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Un subsahariano pasa ante la policía en Roquetas de Mar. (Foto: AFP)

OQUETAS DE MAR (ALMERÍA).- Los subsaharianos asentados en las 200 Viviendas de Roquetas de Mar han afirmado que este colectivo nunca ha mantenido disputas en la zona, y que los altercados de esta madrugada tras morir apuñalado un senegalés responden "al nerviosismo y el dolor" por la muerte de "un inocente".

PIDEN JUSTICIA PARA SU COMPAÑERO MUERTO

Subrayan que la víctima intentó separar a dos participantes en una reyerta
Vecinos de la zona aseguran que el colectivo africano 'nunca se mete con nadie'

En declaraciones a los periodistas, compatriotas del inmigrante fallecido, O.K., lamentaron su muerte, en la noche del sábado, por las heridas de arma blanca que presuntamente le causó un varón español afincado en el barrio, en el transcurso de una reyerta en la que presuntamente la víctima se limitó a tratar de separar a los contendientes, según aseguraron.

Con un sentimiento de pesar generalizado, los inmigrantes africanos que residen en esta zona de la localidad almeriense manifestaron que el colectivo "nunca" ha tenido problemas con nadie en este barrio y que, sólo después del ataque a su compañero "inocente", la tensión derivó en los disturbios que provocaron, además de los daños materiales, heridas leves a tres agentes.

Junto a los compatriotas de 0.K., de 28 años, que han pedido que se haga Justicia con su compañero, un grupo de autóctonos curiosea en la zona apostado frente a la vivienda del presunto homicida, que ardió durante esta madrugada, al tiempo que se queja del "alboroto" de la noche, "que no nos ha dejado ni dormir".

Estos vecinos del barrio de toda la vida defienden a los subsaharianos, "que nunca se meten con nadie", han dicho.

También justifican en parte el estado de "irritación" que derivó en los incidentes posteriores al homicidio, al afirmar que "no se puede llegar y matar a alguien por la cara, así como así".

Durante todo el día, la zona, impregnada aún de olor a quemado, se llenó de curiosos y de vecinos de todas las etnias que comentaban lo ocurrido bajo la atenta mirada de los agentes de la Guardia Civil.

Desde que a las 5.00 horas de la madrugada las fuerzas de seguridad del Estado lograron dispersar a la multitud y restablecer el orden público, numerosos agentes velaron para que no se produjera incidente alguno en el barrio, aunque la llegada de una ambulancia ante la caída fortuita de un ciudadano provocó el nerviosismo y nuevos altercados a última hora del domingo.

Fuente: El Mundo│EFE.