El futuro, ¿A más de 100 plantas de altura?
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■ Torres con granjas en la azotea, rascacielos transformados en generadores eólicos, ‘parkings’ con más de 30 plantas... El futuro de la arquitectura está en las alturas. El reto, que sean ecológicos e inteligentes.
Simulación de la torre eólico-solar de 750 metros que se está construyendo en Ciudad Real
Desde la construcciónen 1902 del edificio Flatiron, en Nueva York (EE.UU.), que con sus 87 metros de altura fue el primero del mundo al que se denominó ‘rascacielos’, estas construcciones han asombrado al mundo por las cotas que han sido capaces de alcanzar. Pero sus funciones siempre han sido más que previsibles: su uso principal ha sido alojar viviendas; acoger hoteles u oficinas (como el Taipei 101 que, con 508 m de altura, es el edificio más alto del mundo o el Burj, de Dubai, que este año superará los 800 m); o incluso albergar antenas de radio (la torre que acoge la emisora Usa Kvly, en Dakota del Norte tiene 628 m.).
Sin embargo, toda una revolución ‘arquitectonicocombativa’ ha llegado a los paisajes de este sorprendente siglo XXI. La altura de los edificios que se están construyendo no supondrá, a partir de ahora, un desafío a la gravedad fisica, sino a la gravedad que supone el fin de los recursos energéticos fósiles y sus consecuentes y desastrosos efectos para el medio ambiente. Pongamos que todo ello se llama ‘ecoarquitectura’, que su objetivo es levantar torres de producción energética respetuosas con el medio ambiente y demos por hecho, además, que nuestro país es uno de los punteros en esta nueva fase de construcciones, porque lo es.
Pero hay más. Si con el paso de los años los rascacielos han ido adquiriendo funciones más que insospechadas –desde universidades (la estatal de Moscú tiene una altura de 240 m) a hospitales (el Guy de Londres alcanza 143 m), pasando por bibliotecas (como la de DuBois, en Amherst, EE.UU., que mide 116 m)–, ahora, la nueva carrera hacia el cielo está cambiando de forma radical. Y es que más allá de convertirse en generadores de energía, las nuevas generaciones de rascacielos están destinadas a ejercer de garajes, de productoras de nubes artificiales, de potabilizadoras de agua o incluso de granjas.
De hecho, los nuevos rascacielos prevén albergar jardines, generar un menor consumo de corriente eléctrica –con maxipaneles solares o megaturbinas instalados en las plantas más altas, capaces de producir energía eólica– y, por si fuera poco, reciclar sus propios residuos. Y todo, gracias –precisamente– a su propia altura. Así que las construcciones del futuro ya están aquí y todo apunta a que cada día se parecerán más a las tecnotorres energéticas que ocupan estas páginas presentamos.
Aunque tal como advierte el profesor de historia de arquitectura contemporánea del Politécnico de Milán, Fulvio Irace, «el verdadero reto no residirá tanto en el crecimiento vertical, sino en la reducción del impacto medioambiental y energético».
PARA SABER MÁS...
www.abengoasolar.es. Responsables de la plataforma solar de Sanlúcar la Mayor, poseen una ilustrada página web muy explicativa del proyecto.
[Fuente: xlsemanal ]
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