El detonador
Es uno de los instrumentos que más vidas ha salvado, aunque los detractores de su inventor, Alfred Nobel, no se lo reconocieron. Al morir, muchos lo calificaron de “ser maléfico” por inventar la dinamita, fijándose en su uso militar y sin valorar su contribución a la ingeniería.
En realidad, el detonador (lo llamó encendedor inicial) que patentó en 1865 permitió controlar la nitroglicerina como explosivo, aunque en su desarrollo hubiera daños colaterales, como la muerte de su hermano Emil Oskar Nobel.
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