PROTESTAS POR LAS PRIMERAS SENTENCIAS JUDICIALES
Los padres de niños esclavos chinos denuncian que todavía hay fábricas 'mucho peores'.
En junio, 31 obreros esclavizados fueron rescatados en hornos de ladrillo chinos.
Algunos de los niños llevaban siete años encerrados en condiciones infrahumanas.
PEKÍN.- Los padres de niños esclavos en fábricas de ladrillos chinas, que destaparon en junio pasado un escándalo de escala nacional, han protestado por las primeras sentencias judiciales, que calificaron de insuficientes y demasiado benignas para los principales 'cerebros' de la trama.
Zhang Xiaoying, uno de estos padres, se ha quejado de que con las sentencias dictadas, incluida una condena a muerte, la Justicia pretende dar por finiquitado el caso, cuando todavía quedan muchos culpables en libertad y "fábricas mucho peores".
"Visitamos muchos hornos de ladrillos, y el de Hongtong (cuyos capataces fueron condenados) no era el peor. Los peores se encuentran en Yongji y Linyi, donde vimos muchos niños", ha asegurado Zhang, citado por el diario 'South China Morning Post'.
El padre ha añadido que si la Justicia sólo se ocupa del horno de Hongtong y detiene sus pesquisas, "continuará la esclavitud", ya que dueños de fábricas muy poderosos de la provincia de Shanxi, al norte del país, todavía no han sido arrestados.
Zhang ha señalado, por ejemplo, que hay en libertad una persona que es propietaria de varias fábricas de ladrillos con esclavos y que incluso usa un automóvil con matrícula oficial.
Muchos padres, según el diario, creen que el juicio que terminó el martes 17 de julio "será sólo pura apariencia si otros dueños no afrontan también los castigos".
Zhang Shanlin, cuyo hijo trabajaba en la fábrica de Hongtong, también ha mostrado su descontento por unas penas que fueron mayores para los subalternos que para los principales responsables de la fábrica.
Los tribunales condenaron a muerte a Zhao Yanbing, uno de los capataces, mientras que el jefe de la fábrica, Heng Tinghan, recibió cadena perpetua, y el dueño, Wang Bingbing (hijo del ahora destituido líder comunista del distrito) sólo fue condenado a nueve años de prisión.
Según Zhang Shanlin, las penas a los principales responsables se deben a cierto "proteccionismo local" de los jueces de Shanxi.
"Heng era el principal cerebro, y debería recibir el castigo más severo. Zhao sólo era un capataz que obedecía sus órdenes", ha concluido en declaraciones para 'South China Morning Post'.
Zhao fue declarado culpable de haber golpeado hasta la muerte a uno de los trabajadores, discapacitado, en castigo por no haber trabajado "lo suficientemente duro".
En total, han sido rescatadas más de 600 personas que trabajaban como esclavas o iban a ser vendidas como tales en las provincias de Henan (centro) y Shanxi, entre ellos decenas de niños y también ancianos y discapacitados.
EFE
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