PAGADA por Porcelanosa, 18 millones de euros, 2.600 invitados, el «Queen Mary ll» y Sarah Ferguson, que hizo llorar
MARÍA EUGENIA YAGÜE
Durante meses, más de un centenar de personas, entre arquitectos, urbanistas, expertos en logística y marketing se enfrentaron a un reto sin precedentes: preparar la fiesta del siglo.
El pasado 24 de abril, cuando el transatlántico más grande y lujoso del mundo, el Queen Mary II zarpó del puerto inglés de Southampton con los 2.600 invitados de Porcelanosa a bordo, los organizadores pudieron decir que lo habían logrado.
Las cifras marean muchas más que la mar picada: invitados de 4 países; traslados en vuelos especiales desde lugares tan remotos como China, Nueva Zelanda, Madagascar o México; más de 84.000 kilos de equipaje desplazados previamente para que los invitados no tuvieran que cargar con él; menús de carne y langosta; barra libre y regalos a bordo; actuaciones musicales de lujo; 1.300 habitaciones reservadas en dos lujosos hoteles de Nueva York...
Y, aunque Porcelanosa prefiere no dar cifras, los touroperadores consultados aseguran que la empresa española de cerámicas y decoración, fácilmente se ha gastado más de 18 millones de euros en agasajar a sus clientes.
Entre los invitados, 500 de ellos españoles, había arquitectos, decoradores, promotores inmobiliarios, publicistas, magnates de la hostelería o constructores, fieles clientes de los diseños de la fábrica de Villarreal que decoran algunas de las residencias del Príncipe de Gales, cliente y amigo de la firma, o los famosos 16 cuartos de baño de la casa de Isabel Preysler.
Para dar una nota de glamourt al ambiente, también había gente guapa de la prensa rosa. Desde Sarah Ferguson, a Bo Derek, la modelo argentina Valeria Mazza, Antonia DeII`Atte, Gunilla von Bismarc, su inseparable ex marido Luis Ortiz y su hijo Francisco, Juncal Rivero o Tomás Terry.
Y artistas paca amenizar cada una de las dos fiestas que se celebraban cada noche.
El grupo español siempre cenaba en el segundo turno del lujoso restaurante Britannia después de los invitados de países anglosajones, menos acostumbrados a trasnochar. Por primera vez en un crucero, se vio danza clásica, la de Ygor Yebra. Y el humor castizo de Chiquito de la Calzada o el de su colega, Jordi L.P. Hubo actuaciones del ilusionista Jorge de Blas, del grupo andaluz Porvenir, todos se movieron con los ritmo s de Carlos Baute y hasta hubo lecciones de baile de Albert Motta y Joana Subirana, que han formado parte del jurado del programa Mira quien baila.
Entre los invitados figuraba también el ex mínístro José Bono y su mujer, amigos desde hace años del fundador de la empresa, y José Luis Olivas, actual presidente de Banca Caja y el Banco de Valencia.
De la lista llegó a formar parte Enrique Bañuelos, presidente de Astroc y oficialmente uno de los hombres más ricos de la construcción, hasta que el 18 de abril, el día más negro de su vida, el joven magnate valenciano perdió en Bolsa la mitad de su fortuna.
Nunca se había dado el caso de que una empresa premiara la fidelidad de sus clientes con semejante demostración de poderío económico. No hay precedentes de que alguien haya alquilado el transatlántico más lujoso del mundo para invitar a 2.600 amigos a disfrutar de un ambiente alegre y festivo, con una tripulación de 1.253 personas dispuestas a que no faltara detalle y el viaje resultara perfecto.
No es la primera vez que Porcelanosa alquila una nave de lujo para premiar a sus clientes. En 1996, llevó a 727 amigos de la casa, desde Castellón a Florencia, Pisa y Roma.
Dos años después, ya eran 803 los invitados a un crucero en el Costa Allegra por las islas griegas. En 2002, los viajeros aumentaban, eran ya 1.200 y llegaron en el Costa Romántica hasta los fiordos noruegos.
Para Manuel Colonques, actual presidente de la empresa creada por don Jose Soriano, aquellas naves ya se habían quedado pequeñas. Un grupo con 450tiendas repartidas por 80 países y unafacturación de 1.033 millones de euros anuales, necesitaba el barco más grande donde pudieran disfrutar plenamente y por igual sus clientes de Albania, IslasReunión, Argelia, Rusia o Nueva Zelanda. ¿Qué barco podía estar a la altura de las necesidades de Porcelanosa? Sólo el Queen Mary ll, que tiene una superficie de1.975 metros cuadrados, repartidas en dos cubiertas, cinco piscinas, cancha de golf, paddel y baloncesto, biblioteca con 8.000volúmenes, un spa espectacular, jardín interior, planetario, observatorio, varias salas de fiesta y 37 ascensores. Todo tan enorme y tan repartido que, según AntoniaDell`Atte, no tuvieron tiempo de conocerlo todo ni de tratarse entre ellos. La travesía fue perfecta, sólo se marearon unos pocos una tarde de olas grandes. Además, Porcelanosa unificó las distintas categorías en que se dividen las habitaciones y estancias de estos cruceros -que cuestan normalmente entre 2.500 y 8.000 euros por persona- para no hacer distinciones entre sus invitados, aunque las 97 suites y las 920 habitaciones con vistas al mar, fueron ocupadas por los vips más importantes, mientras los 293 habitaciones interiores, magníficas pero sin vistas, las ocuparon los empleados de la firma y la gente de confianza.
Cuando los invitados de un país formaban un número importante se alquilaba un avión privado que les llevaba a Southampton y les devolvía a su país desde Nueva York. Sólo los de Isla Reunión, unas 10 personas, viajaron en líneas regulares.
Desde Madrid salieron hacia Inglaterra dos vuelos privados, también desde Barcelona, Sevilla, Palma de Mallorca, Bilbao, La Coruña . En la nueva terminal del puerto de Manises nunca habían aterrizado aparatos procedentes del otro lado Atlántico. Los invitados valencianos eran, como es natural, los más numerosos.
Todos los gastos normales dentro de barco corrían a cargo de los anfitriones, excepto algunos lujos extra como masajes, o más compras, pero cada día durante los seis que duró la travesía había regalos en cada una de las habitaciones. Desde chándal a bombones o bolsas de viaje. No faltó ni detalle.
De acuerdo con el capitán Bernard Warner, los organizadores planificaron desde meses antes la vida del barco atendiendo a los usos y costumbres de distintos pasajeros y sus orígenes culturales.
LA INTERVENCIÓN DE BONO. Pero además de las fiestas de cada noche y las atracciones habituales del barco que abarcan desde espectáculos de Broadway a proyecciones de cine y representacion teatrales, las estrellas de la travesía no estaban en el programa. Sarah Ferguson y el ex ministro Bono se convirtieron en medio del Atlántico en ídolos de masa.
La ex duquesa de York debía pronu dos charlas con motivo de la salida de su nuevo libro y de la muñequita Little Red, que alude al color de su pelo y cuyas ventas destina a organizaciones benéficas infantiles, pero su intervención se convirtió en un relato de sentimientos personales que emocionó y dejó boquiabiertos a los asistentes.
La ex esposa del príncipe Andrés confesó que su vida había sido de todo menos de color de rosa Desde que su madre anunció un día a sus hijas que estaba harta de su padre y se iba con un atractivo jugador de polo argentino, lo que le hizo pensar a Sarah que Susan no la quería y a partir de entonces se entregó a comer desaforadamente para consolarse, a su vida en Buckhingham Palace.
Sobre todo le hizo pensar a Sarah que Susan no la quería y a partir de entonces se entregó a comer desaforadamente para consolarse, a su vida en Buckhingham Palace.
Sarah Ferguson llenó de lágrimas los ojos de parte del auditorio cuando contó que durante su matrimonio apenas vela a su marido. lo menos parecido a un príncipe azul, siempre embarcado en misiones navales. O que sufrió mucho cuando la prensa escribió que era mejor dormir en la canta con un cerdo que con ella, y para la Reina y su corte era el patito feo de palacio. Sobre todo cuando Diana, su glamourt y su elegancia llegaron a la Royal Family y toda la prensa empezó a hacer comparaciones entre su adorada Lady Di y la pelirroja regordeta. Sara explicó que cinco años después de soportar tantas humillaciones. dejó Buckiitghant Palace y se fue con la gente corriente de donde habla venido.
El público del auditorio aplaudió con fervor su intervención y Sarah vendió entonces muchos libros v otras tantas muñequitas. Esta vez, tanto ella como las otras celebridades invitadas, no cobraron por prestar su imagen y su presencia. parece que sólo por formar parte de un grupo tan privilegiado estaban más que satisfechas. «Es que todo ha sido un sueño, cuenta Antonia Dell' Atte. Era como estar en un viaje de otra época. Y además, muy divertido.Yo acabé bailando bulerías y sevillanas con Sarah Ferguson, descalza. Nosotros éramos el grupo más divertido, sobre todo los andaluces. No lo olvidaré en la vida».
Otro de los invitados que cosechó un triunfo inesperado fue José Bono. En una charla improvisada, José Bono habló del viaje como un homenaje a la España que abrió rutas en América y luego pasó a su tema favorito, sin duda también el de la mayoría de su auditorio: la patria, la bandera y la unidad de España. El resultado fue que seguramente no ha tenido en su vida un público más entregado. Muchos de los pasajeros después de aplaudir con un entusiasmo apasionado, han pedido grabaciones de la conferencia de Bono y de la charla de Sarah Ferguson.
Al llegar a Nueva York, los 2.600 invitados se repartieron entre el Sheraton y el Hilton, dos hoteles de lujo donde se quedaron tres días, siempre invitados por los empresarios valencianos. Por cierto, los invitados tampoco tuvieran que cargar con sus maletas de egreso a sus casas. Para eso ya estaba els ervicio de recogida de equipajes de Porcelanosa. Por supuesto.
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