En sus tres décadas de lucha, fue tanta su determinación por conseguir la independencia de los tamiles de Sri Lanka y su propósito de estar dispuesto a morir para conseguirla que llegó a ordenar a sus hombres que le pegaran un tiro en caso de que alguna vez renunciase a sus demandas secesionistas.
Admirador de Alejandro Magno y Napoléon
Velupillai Prabhakaran, el menor de una familia de cuatro hijos, nació el 26 de noviembre de 1954 en la localidad costera de Velvettithurai, en la Península de Jaffna, en el norte de Sri Lanka. Era un joven tímido y un estudiante aplicado que sentía indignado por la, en su opinión, discriminación que sufría la comunidad tamil en un país mayoritariamente cingalés y desde muy pronto se implicó en los movimientos de protesta tamiles.
Prabhakaran decía que sus dos grandes influencias habían sido los dirigentes indios Subhash Chandra Bose y Bhagat Singh, dos luchadores contra el Imperio británico por la independencia de India. También había mostrado su fascinación por las vidas de Alejandro Magno y de Napoleón y había leído numerosos libros sobre ambos personajes.
Entre 1973 y 1974, Prabhakaran fundó el movimiento Nuevos Tigres Tamiles, uno más entre los numerosos grupos que protestaban contra la discriminación de los tamiles en Sri Lanka. En 1975 fue acusado del asesinato del alcalde de Jaffna, muerto a tiros mientras entraba en un templo hindú. El crimen fue justificado como respuesta a un incidente producido el año anterior en Jaffna, cuando un agente de Policía disparó contra un grupo de manifestantes y dio muerte a siete personas.
En 1976, los Nuevos Tigres Tamiles cambiaron su nombre por Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE), más comúnmente conocido como los Tigres Tamiles. En poco tiempo, el nuevo grupo armado consiguió reunir a 10.000 combatientes, entre los que había mujeres y niños, y empezó a recibir armas de los tamiles residentes en el extranjero o de algunos simpatizantes en India. En sus primeras fases, los Tigres Tamiles eran un grupo desconocido para el Ejército que empezó a cometer una serie de acciones armadas contra objetivos muy variados.
Fue por entonces que Velupillai Prabhakaran empezó a proclamar el culto al martirio entre sus seguidores, a fin de conseguir voluntarios para cometer atentados suicidas (los primeros de la historia), frecuentemente contra objetivos civiles. Prabhakaran también se hizo famoso por entonces por la supuesta cápsula de cianuro que llevaba amarrada a su cuello y que estaba dispuesto a ingerir en caso de captura, una práctica que fue emulada por muchos de sus combatientes.
La guerra
La guerra entre el Ejército y el movimiento armado de los Tigres Tamiles comenzó realmente en julio de 1983, cuando los rebeldes mataron a trece soldados en Colombo, una acción que provocó numerosos actos de violencia contra la comunidad tamil de la capital, que causaron cientos de muertos y miles de desplazados. Era el inicio de lo que los propios insurgentes calificaron como la "Primera Guerra de Eelam", la tierra Tamil.
Derrotados a finales de los ochenta gracias al apoyo prestado por India a Sri Lanka, en 1990 comenzó la "Segunda Guerra de Eelam" con el control de la península de Jaffna por parte de los LTTE. En 1991, Prabhakaran fue acusado de participar en el asesinato del entonces primer ministro indio, Rayiv Gandhi, muerto en un atentado suicida con bomba cerca de Madrás. Se cree que Prabhakaran ordenó personalmente el atentado en venganza por el apoyo militar de Gandhi a Sri Lanka. En 2002, en una de sus pocas ruedas de prensa, se negó a responder a las preguntas sobre la muerte de Gandhi, que calificó de "trágico accidente".
En 1993, el turno le tocó al presidente de Sri Lanka, Ranasinghe Premadasa, asesinado en un atentado suicida reivindicado por los Tigres Tamiles. En 1995, la presidenta Chandrika Kumaratunga aceptó una tregua con los rebeldes, pero ésta se vino abajo después de que éstos atacaron un barco de la Armada. Fue el inicio de la "Tercera Guerra de Eelam" (1995-2001), durante la cual los Tigres Tamiles alcanzaron su apogeo.
Desde entonces y hasta finales de la actual década, los rebeldes llegaron a controlar cerca de una tercera parte del territorio de Sri Lanka. En 1996, un atentado suicida de los Tigres Tamiles cometido entre una multitud reunida en el exterior del Banco Central de Colombo causó la muerte de 90 personas y heridas a más de 1.400. La mayoría de las víctimas de este atentado, el más sangriento de los LTTE, eran civiles, incluidos numerosos extranjeros. En 2002, un tribunal de Sri Lanka emitió una orden de captura contra Prabhakaran en relación con este atentado. El líder de los Tigres Tamiles fue juzgado en ausencia y condenado a 200 años de cárcel.
Tras el alto el fuego de 2002, con mediación noruega, y su posterior fracaso en la primavera de 2006, el Ejército ordenó en enero de 2008 una amplia ofensiva contra los reductos de los rebeldes con el objetivo de recuperar las vastas zonas controladas por los Tigres Tamiles. Un año más tarde, Prabhakaran sufrió un importante revés cuando las tropas del Gobierno de Sri Lanka capturaron la capital administrativa de los Tigres Tamiles, Kilinochchi.
Aunque empezaron a circular rumores según los cuales había huido del país, Prabhakaran permaneció durante la ofensiva en varios escondites en medio de la selva, en los que se rodeó de un fuerte misterio, tanto sobre su paradero como sobre sus movimientos y su vida privada o política, para impedir su captura.
A lo largo de la ofensiva, las tropas del Ejército avanzaron de forma imparable y los rebeldes empezaron a defenderse a la desesperada, hasta que el pasado 20 de abril, tras rechazar la tregua ofrecida por los LTTE, el Gobierno dio a los Tigres Tamiles un plazo de 24 horas para rendirse, mientras más de 100.000 civiles se ocultaban en una estrecha franja controlada por los rebeldes. Desde mediados de mayo el avance fue inexorable y los civiles empezaron a huir en masa.
Los Tigres Tamiles han aceptaron la derrota ante el Ejército gubernamental, después de que el Ejército lograse recuperar definitivamente los 15.000 kilómetros cuadrados que los rebeldes controlaban desde hacía tres años. Prabhakaran aseguró inmediatamente después de la rendición que nunca sería capturado con vida. Las primeras noticias que llegaron sobre él fueron, precisamente, las de su muerte.
Fuente: → El Confidencial
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