─Sr. Pilatos ¿ Tendría la bondad de explicar su conducta, ante tal echo?
─Con mucho gusto, ya tenia ganas de sincerarme ante la Humanidad, la cual me está juzgando a lo largo de los Siglos muy ligeramente, al margen de que lo hiciese mal.
─¿Nos, quiere explicar por que se lavó Vd. las manos, y dejó a los judíos hacer aquella barbaridad?
─¿Pero, que quería Vd. que hiciera?, me las lavé y le voy a descubrir un secreto, porque yo era un símbolo.
─¿Un, símbolo de qué?
─De todas las autoridades, precedentes y subsiguientes. Yo representaba a todos los gobernantes que han existido y puedan existir. Y en honor a la verdad, dónde mejor se ha entendido mi significación ha sido en España.
─¡Qué, me cuenta¡
─La verdad ¿o cree Vd. que en su país no se lavan las manos todos los días los que tienen algún mando?
─¿Por qué dejó sacrificar a un justo?
─¡Y dale! Para no meterme en líos, que es la primera obligación de un gobernante.
─¿Y porque soltó a Barrabás?
─Por atender a los que gritan y arman motines y manifestaciones callejeras, que es el segundo deber de un gobernante.
─¡Pues vaya una manera de gobernar!
─La única conocida. Tienen en España ejemplos cotidianos, de cuanto digo. Hace un tiempo, un fatídico “síndrome”. Mas cercano en su tiempo, Terrorismo, Huelgas, Paro, ¡hasta un gobierno aconfesional¡ ¿quiere Vd. un lavatorio de manos mayor?
─Bien Sr. Pilatos, todo eso está muy bien, pero veo que Vd. No hace más que atacar a los demás en vez de defenderse… si puede.
─Si Señor, eso hago porque he empezado reconociendo mi error, pero no deja de ser una injusticia el que la tengan tomada conmigo. En la Humanidad subsiguiente hay muchos Pilatos, y por tanto yo pido que “se tire de la cuerda” para todos. Y todo viene como consecuencia del cariño que se le toma al sillón o poltrona. Si yo llego a perder Jerusalén, ¿cuanto tiempo me hubiera quedado de “prefecto”? Seguro que Tiberio me manda al paro.
─Pues si no dice nada más, hemos acabado
─No señor, ya he dicho bastante.
─Muy bien. Adiós y recuerdos a Caifás.
Entrevista que le fue publicada en la Revista de Semana Santa de Mérida en MCMXC (1990)
TEXTO A OCULTAR
1 comentarios:
Una gran entrevista, este sr es muy sabio al enfrentarse al tal Poncio Pilatos y saber salir estoicamente de la entrevista
saludos
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