La NASA recela de los planes de Obama
(Foto: Efe)
John F. Kennedy prometió llegar a la Luna en una década, pero Barack Obama no quiere pillarse los dedos con el anhelado regreso, anunciado por George W. Bush para el 2020 en plena campaña electoral.
BUSH HABÍA PROMETIDO VOLVER A LA LUNA EN 2020
- La guerra interna por el cambio de Gobierno puede retrasar la vuelta a la Luna
- Hay fricciones entre el administrador actual y el equipo de transición
El presidente electo ha ordenado la revisión a fondo de los programas de la NASA para recortar gastos y estudia incluso la posibilidad de descartar el programa del cohete Ares 1 que debería impulsar las futuras naves tripuladas.
El futuro del Programa Constelación �como se ha bautizado el regreso a la Luna- ha provocado ya las primeras fricciones entre el administrador de la NASA, Michael Griffin, y la experta de Obama para cuestiones espaciales, Lori Garver. Los dos mantuvieron una tensa conversación telefónica esta semana, según 'The Orlando Sentinel', y la cuestión de fondo fueron los posibles recortes del proyecto lunar.
Griffin cuestionó al parecer «las cualificaciones» de Lori Garver �administradora asociada de la NASA para Política y Planeamiento durante la era Clinton� y reclamó a gritos poder hablar personalmente con el presidente electo sobre el Programa Constelación.
Tanto la NASA como la oficina de transición de Obama han restado importancia al incidente. Griffin asegura que no fue 'intimidado' en ningún momento y que se trató de una simple intercambio de información. El administrador de la NASA negó las acusaciones de 'ocultamiento y obstruccionismo' y aseguró haber respondido hasta la fecha 185 de las 191 peticiones de información del equipo de Obama.
(El transbordador Endeavour reposa sobre un Boeing 747 para ser transportado a lomos del avión comercial modificado para la ocasión desde la basa Edwards de California hasta el Centro Espacial Kennedy de Florida. (Foto: Efe)
El cohete Ares
De acuerdo con el 'Orlando Sentinel', los primeros contactos han servido para crear una gran inquietud dentro de la NASA ante la posibilidad de recortes presupuestarios que comprometan el Programa Constelación. El objeto de la discordia parece ser el desarrollo del cohete Ares 1, diseñado para impulsar la futura nave tripulada Orion y el módulo lunar Altair, cuestionado de antemano por los problemas de seguridad.
La conversación entre Griffin y Garver alcanzó al parecer el clímax cuando la asesora de Obama llegó a insinuar la posibilidad de descartar el Ares 1 (ahorrando millones de dólares) y trabajar en la modificación de los cohetes Atlas V y Delta IV. Griffin ha admitido a sus colaboradores que presentaría su dimisión en el caso de que le forzarán a utilizar esos dos cohetes para lanzar naves tripuladas.
El futuro mismo de Michael Griffin está en el alero. Aunque Obama no ha dado hasta ahora señales de estar buscando un sucesor, todo hace pensar en el regreso a la agencia espacial de expertos de la era Clinton, capitaneados precisamente por Lori Garver.
Griffin, con un historial ganado a pulso como físico e ingeniero aeroespacial, llegó a la NASA dos años después del accidente del Columbia en el 2003 con la misión de enterrar el transbordador espacial e iniciar una nueva etapa de exploración espacial. «El objetivo último de los programas espaciales es crear bases en el sistema solar e incluso más allá», dijo en el momento de asumir el mando. «Ha llegado el momento de volver a apuntar alto y dejar de dar vueltas y más vueltas alrededor de la Tierra».
El Programa Constelación nació sin embargo con el lastre político de George W. Bush, que anunció el regreso a la Luna para el 2020 (y las futuras misiones tripuladas a Marte) con las mismas ínfulas con las que vendió la Misión Cumplida en Irak. Sólo le faltó ponerse el traje de astronauta en una escenificación urdida por su asesor Karl Rove para lanzar su candidatura a la reelección en el 2004 y meterse en el bolsillo a los electores de Florida.
Lo cierto es que la NASA no recibió desde entonces el impulso presupuestario que requería. El presupuesto para el 2009 es de 17.600 millones de dólares, de los que 5.700 se destinan todavía al transbordador espacial y 3.500 millones al Programa Constelación.
Durante la campaña de las primarias demócratas, Barack Obama llegó a insinuar que recortaría fondos del Programa Constelación para dedicarlos a Educación. En las presidenciales se desdijo y recalcó la necesidad de aumentar el presupuesto de la NASA para «cerrar la grieta» entre la jubilación de los transbordadores espaciales en el 2010 y el lanzamiento del Programa Constelación en el 2015.
Fuente: elmundo.es.
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Publicado por Fali A las: 6:45
Etiquetas: Ciencia y Tecnología
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