La mala educación (sexual)
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S egún la RAE, "educar" (Del lat. educāre) significa, entre otras cosas: 1) Dirigir, encaminar, inculcar determinadas ideas o creencias. 2) Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etcétera.
Si asociamos la acción de educar con la sexualidad, la pregunta es ¿hacia dónde nos han dirigido sexualmente? Nos sorprende el número de personas que en consulta afirman taxativamente que "no han tenido una educación sexual". Es muy curioso, porque creemos que todos hemos tenido una educación, ya sea sexual o de cualquier otro tipo. Ésta puede que haya sido adecuada o no. Si uno de los aspectos que debe cubrir es encaminarnos por una sexualidad sana, podemos preguntarnos si hasta ahora hemos ido bien encaminados y si las ideas o creencias que nos han inculcado nos han resultado beneficiosas.
La educación sexual, en el caso de muchas personas, está fundamentada en la prohibición, las falsas creencias y la censura. A menudo, los mensajes comunicados de padres a hijos suelen ser subliminales, pero inequívocos. Creencias comos las siguientes son bastante comunes: el sexo es peligroso; el sexo es sucio; el sexo es algo prohibido; el sexo es malo; el sexo es indeseable; el sexo es dañino... por citar algunos ejemplos.
Se inculcan ideas o creencias con respecto al sexo que, con el tiempo, tienden a generar dificultades en la persona. Estos mensajes, frecuentemente, son procesados de forma inconsciente y llegan a tener un fuerte impacto en quienes los reciben. Muchas personas terminan generando actitudes que dificultan una sana experiencia de la sexualidad. Es necesario recordar que, en este sentido, las mujeres suelen llevarse la peor parte.
Debemos preguntarnos si el sexo es, necesariamente, peligroso, sucio, prohibido, malo, indeseable, dañino... Es verdad que el sexo implica una responsabilidad. Es decir, el tener relaciones sexuales debe conllevar la responsabilidad de protegerse de infecciones sexuales, del VIH, de embarazos no deseados... No obstante, al intentar negar la realidad del sexo, se niega cualquier posibilidad de transmitir una educación adecuada, sea esta estrictamente sexual o más general. Al negar el sexo, se está privando a la persona de aprender a gestionar su sexualidad de manera sana y responsable.
¿Cuáles son los ejemplos que has recibido con respecto a la sexualidad? ¿Cuentas con un modelo sexual adecuado? ¿Qué modelo sexual deseas transmitir a las generaciones venideras?
Fuente: soitu.es
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