Palacio de la Música. La última sesión
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■ Como en una simulación real de una partida de Monopoly, los cines de la Gran Vía madrileña se han convertido en los más cotizados bienes del tablero inmobiliario.
La avenida que Ramón Gómez de la Serna acuñó como el Broadway madrileño, conminada por la crisis del sector cinematográfico, va cediendo sus piezas ante la oferta de las cadenas de ropa, hostelería y restauración que han encontrado en la principal arteria de la capital un rentable escaparate. De las 13 salas emblemáticas que alfombraban de rojo y surtían de películas de estreno a la céntrica calle madrileña, sólo restan cuatro: Palacio de la Prensa, Capitol, Callao y Palacio de la Música, éste último con los dados ya echados. Su clausura ha sido anunciada para hoy mismo por sus propietarios, la familia del promotor inmobiliario y ex presidente del Valencia C.F. Bautista Soler.
Últimas entradas.
Todo apunta a un acuerdo de venta con la Fundación Caja Madrid, entidad que ha previsto la conversión del número 35 de la Gran Vía en un auditorio de música clásica. "Es una salida magnífica para el local", considera el director de los cines, Antonio Muñoz. "Con una ocupación del 2% en un aforo de 1.700 localidades [sólo en la sala principal; entre las tres del cine suman 2.430 butacas] es imposible mantener el cine abierto".
La irrupción del vídeo y la aparición de los multicines fueron la primera traba. "Ha habido un desplazamiento de población hacia la periferia de las ciudades y los servicios se han desplazado a las grandes superficies", especifica el presidente de la Sociedad de Empresarios de Cine de España (Secies), Primitivo Rodríguez.
Según datos del Ministerio de Cultura, del 1 de enero al 30 de abril las pantallas con mayor recaudación en toda España fueron la sala 1 de los cines madrileños Luchana, la 25 de Kinépolis de Pozuelo de Alarcón (Madrid) y la 1 de Imax Madrid. Entre las 25 primeras sólo se encarama una pantalla de la Gran Vía: en la décima posición se encuentra la sala 1 del cine Callao. En 1998, España tenía 1.329 cines con 3.064 pantallas. El año pasado, el número de cines se había reducido a 907, pero el de pantallas había ascendido hasta 4.296. La modernización de los cines y el descenso del número de espectadores, que en nueve años ha caído en tres millones de personas (de 119,8 en 1998 a 116,93 millones en 2007), se ha pretendido compensar subiendo el precio de las entradas, de modo que las cifras de recaudación han aumentado de 429,80 a 643,74 millones de euros. Pero no compensa.
Las palomitas ya no hacen "pop"
La piratería, las descargas de Internet y la sofisticación del cine en casa han favorecido un cambio global de los hábitos de consumo. En la última década en Estados Unidos se han cerrado ?5.000 salas. "Gracias a los soportes digitales el cine se ve más que nunca, pero no en las salas. No es una crisis de la producción, sino de la exhibición", concreta Rodríguez.
Uso comercial. El toque de gracia a los cines emblemáticos madrileños (o la salida digna, en palabras de los exhibidores) lo procuró el Ayuntamiento. Hasta 2004, el Plan General de Ordenación Urbana establecía que los edificios singulares protegidos sólo podían hacerse valer como salas de proyección, pero en enero de 2005 se aprobó una reforma que autoriza el cambio del uso cultural por otro uso comercial e inmobiliario si se respeta la estructura.
El ocaso de los grandes cines está lejos de ser exclusivamente madrileño. En el Paseo de Gracia de Barcelona sobrevive a duras penas el cine Comedia. Astoria, Balmes o Palacio del Cinema no son más que ecos que golpean en la memoria. Y el Novedades, el Tívoli o el Club Capitol han pasado a mejor vida convertidos en teatros. El Paralelo valenciano ha visto languidecer salas de gran solera como el Capitol o el Serrano. Y una franquicia textil ocupa el escenario y el patio de butacas del Palacio Central de la calle Sierpes de Sevilla.
Gran Vía: sólo quedan tres
P. de la música
Gran Vía, 35
2.430 butacas.
Inaugurado en 1926.
Cierra hoy.
Sala de conciertos.
Imperial
Gran Vía, 32
698 butacas.
Inaugurado en 1935.
Cerrado en 2006.
Es una tienda de ropa.
Avenida
Gran Vía, 37
1.576 butacas.
Inaugurado en 1926.
Cerrado en 2007. Permanece cerrado.
Callao
481 butacas.
Inaugurado en 1946.
Cerrado en 2002.
Hoy es un hotel.
Rialto
Gran Vía, 54
1.400 butacas.
Inaugurado en 1930.
Cerrado en 2003.
Hoy es un teatro.
Lope de Vega
Gran Vía, 55
1.515 butacas.
Inaugurado en 1954.
Cerrado en 2000.
Hoy es un teatro.
[Fuente: magazine elmundo ]
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Pero el caso de la Gran Vía tiene gran carga simbólica. Madrid celebró en 2007 el centenario de la emblemática calle. El proyecto urbanístico, pergeñado por el arquitecto Carlos Velasco, se extendió durante 2? años e implicó derribar 3?2 edificios. En la nueva avenida se erigió un ramillete de inmuebles de corte racionalista que albergaron algunos de los mayores cines de España. Muchas de las salas se concibieron para cine mudo, y al estar situadas en un eje de relevancia comercial, una calle-escaparate, imitaron la arquitectura de los teatros, con fachadas suntuosas y palcos de distintas alturas en los laterales. Hubo un tiempo en que gente de toda España acudía a la avenida para regodearse en los cartelones pintados en las fachadas de sus cines. Y el Palacio de la Música era uno de aquellos colosos.
Bautista Soler llegó a dirigir 38 salas de cine entre Madrid y Valencia en el siglo pasado. En 200?, tras la muerte de su mujer, el patriarca cedió las riendas a sus hijos, que poco a poco se han ido desprendiendo de un negocio deficitario. "Antes era una ceremonia social, la gente se vestía de traje para ir al cine. Ahora se lleva un pantalón vaquero", recuerda Soler padre.
Adiós al "glamour" del cine.
El octogenario empresario valenciano apostó muy fuerte por el traspase de algunos de sus locales al espectáculo musical. Realizó fortísimas inversiones en el Lope de Vega y el Coliseum. "Pero las características técnicas del Palacio no hacen posible su transformación", explica Antonio Muñoz. Su actual dueño, Javier Soler, ha presentado un plan acogido al convenio que se firmó con el Ayuntamiento para un cambio de uso. El alcalde Alberto Ruiz-Gallardón ha manifestado su satisfacción con los planes que aguardan al octavo cine más grande de Europa. Si los trámites con la Fundación Caja Madrid llegan a buen puerto, el inmueble de 82 años se convertirá en la segunda sala de conciertos de Madrid, tras el Auditorio Nacional. Como su nombre indica, el Palacio de la Música no es ajeno a la actividad que se le augura. En sus orígenes disponía de órgano y un podium para orquesta. Por su escenario pasaron Imperio Argentina y el maestro Argenta al frente de la Orquesta Nacional.
El número 35 de la Gran Vía fue concebido como un ambicioso centro multifuncional con una sala de cine y conciertos y un espacio bajo el patio de butacas que devino teatro-club y pista de patinaje. Fue inaugurado en 1926 con un concierto del maestro Lassalle y al día siguiente se proyectó La venus americana. Entre los hitos del noble edificio se encuentra la introducción del cine sonoro, con el pase de La canción de París (Richard Wallace, 1929). Su gran pantalla también fue pionera en la proyección del primer filme de dibujos animados en color, Blancanieves y los siete enanitos (Walt Disney, 1937), y en el uso del formato Cinemascope, con La túnica sagrada (Henry Koster, 1953).
Nostalgias de la Gran Vía.
La nostalgia preña los recuerdos de Antonio, quien en sus 32 años como empleado en el Palacio de la Música, ha ejercido de conserje, sereno y acomodador. Entre los espectadores que ha acompañado a su butaca están los padres de Don Juan Carlos y también la infanta Cristina, "quien venía entre semana con el grupo de amigos". Entre las noches de flashes y oropel rememora la algarabía de la troupe de chicas Almodóvar y los saludos de Tom Cruise, Robert de Niro, Will Smith o Sharon Stone.
La memoria de mejores tiempos del que fuera su patrón, Bautista Soler, remite al estreno de Tootsie (Sydney Pollack, 1982) y a las 12 semanas en cartel de La misión (Roland Joffé, 1986), pero pragmático como es, el rey midas del ladrillo, el fútbol y el cine resume sus sensaciones actuales con un "todo eso ya es historia".
Gran vía
Gran Vía, 66
1.018 butacas.
Inaugurado en 1944.
Cerrado en 2006. Hoy es un teatro
Pompeya
Callao, 3
1.494 butacas.
Inaugurado en 1927.
Palacio de la Prensa
Callao, 4
987 butacas.
Inaugurado en 1929.
Capitol
Gran Vía, 41
1.800 butacas.
Inaugurado en 1933.
Rex
Gran Vía, 43
399 butacas.
Inaugurado en 1926.
Cerrado en 2005. Permanece cerrado.
Azul
Gran Vía, 76
266 butacas.
Inaugurado en 1930.
Cerrado en 2005. Restaurante "fast food".
Coliseum
Gran Vía, 78
1.533 butacas.
Inaugurado en 1932.
Cerrado en 2000.
Hoy es un teatro.
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