Viaje de un espectrómetro de 200 toneladas a través de Europa
• Ciencia/Tecnología. •
■ En noviembre de 2006 los vecinos de la localidad alemana de Eggenstein-Leopoldshafen vieron pasar a escasos centímetros sus casas un gigantesco objeto metálico de aspecto extraterrestre. A pesar de su extraña apariencia, lo que los vecinos vieron a través de sus ventanas no era una nave alienígena sino el componente fundamental de un futuro detector de neutrinos denominado Katrin que comenzará a funcionar en 2009.
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Este gigantesco tanque de metal es la pieza principal del experimento financiado por la UE y EEUU: un espectrómetro de 200 toneladas y 24 metros de largo que servirá para tratar de medir por primera vez la masa del neutrino, la escurridiza partícula subatómica que los científicos llevan años persiguiendo.
Aunque la distancia desde el lugar de fabricación del espectrómetro hasta el la sede del futuro observatorio era de apenas 400 kilómetros (los que separan la localidad alemana de Deggendorf de Karlsruhe) las colosales proporciones de la pieza obligaron a los técnicos a buscar un recorrido alternativo y a dar una vuelta completa al continente europeo para hacerlo llegar a su destino.
En lugar de llevarlo en línea recta, un equipo de expertos tuvo que diseñar un recorrido de más de 8.600 kilómetros que duró varias semanas, las que tardaron en descender por las aguas del Danubio hasta el Mar Negro, el Mediterráneo, el Canal de la Mancha y regresar por las aguas del Rin hasta la localidad de Karlsruhe.
A lo largo de todo el recorrido por tierra, los ingenieros se encontraron con la misma dificultad: las carreteras no estaban preparadas para el paso de un objeto de semejantes dimensiones, así que tuvieron que diseñar un meticuloso plan que incluía el corte de señales de tráfico y tendidos eléctricos que eran inmediatamente restituidos.
La parte más complicada del recorrido fue el paso por la localidad de Leopoldshafen, donde el espectrómetro rozaba prácticamente con las paredes de algunas casas. Durante toda la maniobra, el remolque era manejado mediante un mando a distancia, que ajustaba los movimientos del tanque a derecha o izquierda mediante un sistema hidráulico.
El paso del tanque fue una conmoción para los vecinos, que tomaron miles de fotos y lo grabaron en vídeo. En las grabaciones se aprecia perfectamente las proporciones del tanque respecto a las personas.
Este tipo de operaciones, que se dan con cierta frecuencia en las carreteras de todo el mundo, requieren de una planificación de meses y una coordinación exquisita con las autoridades. El traslado de la mayor tuneladora del mundo para las obras del metro de Madrid, por ejemplo, requirió de año y medio de preparativos y de la intervención de un equipo que iba cortando farolas y semáforos y volviéndolos a montar. Aún así, se encontraron con numerosos imprevistos
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Fuente:ogonazos ]Comparte este post
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