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Viaje al Centro de una Central nuclear


• Ciencia/Tecnología •



Agua para enfriar el reactor. Zona de contención primaria de Ascó. Es un recinto hermético y estanco que contiene el circuito de refrigeración. 

 

 

♦ Nota: Artículo un tanto prolijo, pero no por ello deja de ser interesante

Una avería en Ascó y la imparable escalada del precio del petróleo han vuelto a poner de plena actualidad la producción de energía nuclear. Las centrales españolas han abierto sus puertas al fotógrafo y artista Adrian Tyler. Éstas son las imágenes nunca vistas de su interior.


El ruido es ensordecedor, realmente impresionante. Y toda la sala tiembla. Parecía imposible que pudiese hacer fotos con una cámara de gran formato allí dentro, pero entonces te das cuenta de que todo el edificio tiembla al mismo ritmo que la turbina, porque está apoyado en una especie de amortiguadores, así que el foco no se pierde.» Así describe Adrian Tyler sus sesiones de fotos en las ocho centrales españolas a las que ha tenido un acceso privilegiado hasta el corazón mismo de los edificios, incluidos reactores y turbinas. Tyler está fotografiando las centrales para un proyecto sobre paisaje y arquitectura de las fuentes de energía nuclear que formará parte de un libro y una exposición. «Cuando entras –dice–, es como cruzar una aduana, una frontera que lleva a una especie de utopía, de `isla´ singular.» Reconoce que las dimensiones impresionan y la sensación de estar en un lugar sobrecogedor no puede evitarse. Con todo, lo que más `descoloca´ es la tecnología. «Uno espera encontrar algo muy sofisticado y en realidad es vapor, un motor grande pero básico, y agua. En sí mismo, no es nada complicado. Lo único sofisticado son los sistemas de seguridad.» O, al menos, eso se espera.

Central nuclear de Trillo


En España hay ocho centrales: Almaraz I y II, Ascó I y II, Cofrentes, Santa María de Garoña, Trillo I y Vandellós II; otra central, Zorita, que dejó de producir en 2006, y Vandellós I, que se encuentra en proceso de desmantelamiento. Además, existe una fábrica de combustible nuclear en Salamanca (Juzbado) y un centro de residuos radiactivos de baja y media actividad en Córdoba (El Cabril). La producción de energía nuclear se inició en Zorita en 1968, pero, en 1984, Felipe González paralizó la construcción de nuevas centrales con una moratoria de facto que cumplía una promesa electoral. Actualmente, el 20 por ciento de la electricidad que consumimos es de origen nuclear, aunque una parte se importa de Francia. El gobierno de Zapatero anunció que sustituiría «gradualmente y en un periodo máximo de 20 años» la energía nuclear por otras opciones más limpias, pero los ecologistas le reprochan que sus posiciones se han ido enfriando por la presión de un sector de su partido y porque UGT y CC.OO. también son contrarios al cierre de las centrales.


Como siempre, los trabajadores que se benefician de los puestos generados por las centrales son sus máximos defensores. Antonio Molina trabajó 30 años como técnico de mantenimiento en la central de Zorita. Fue testigo de la fisura de la tapa del reactor de 1988 que paralizó su actividad durante un año y que causó gran alarma. «Mediática», según él. «Yo lo viví como otro día cualquiera. Sin ningún problema. Era una avería de una máquina que había que restaurar. Se arregló y punto.» La tapa averiada estaba muy contaminada y fue enterrada en una fosa junto a la central, donde todavía permanece.

 


En Europa, Francia es el máximo exponente de la energía nuclear, de la que obtiene el 80 por ciento de su electricidad. En el reciente viaje oficial de Sarkozy al Reino Unido, el presidente actuó como propagandista y representante de la tecnología nuclear francesa, toda una industria de cuantiosos dividendos que exporta reactores a medio mundo. Y que Gordon Brown está dispuesto a seguir comprando.


En 2011 está prevista la inauguración en Finlandia de la primera central construida en Europa desde el desastre de Chernóbil, en 1986. La central de Olkiluoto acumula ya dos años de retraso sobre el calendario previsto y un sobrecoste de 1.500 millones de euros sobre lo inicialmente presupuestado. Representa lo más avanzado de la tecnología del sector, en la obra participan más de mil empresas, ocho de ellas españolas, y fue diseñada por la empresa estatal francesa Areva. El resto de los países de la Unión Europea miran con lupa hacia Finlandia, pero mientras Alemania y Suecia siguen programas activos de abandono, en Asia optan por la doctrina nuclear sin la más mínima resistencia de la opinión pública. China planea la construcción de 50 plantas nucleares en las dos próximas décadas, mientras la India, que cuenta con 15 centrales en funcionamiento, tiene ocho en construcción.


Para el presidente del Foro Nuclear, integrado, entre otras entidades, por las compañías eléctricas propietarias de centrales (Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa y EDP), Eduardo González Gómez, el debate ahora mismo no es «energía nuclear `sí´ o `no´, sino `cómo´». Sin embargo, Greenpeace insiste en la falta de seguridad de las centrales: «Su peligrosidad está demostrada inequívocamente en Chernóbil, Harrisburg o Vandellós I. Además, sus residuos radiactivos, su impacto radiológico, su fracaso económico y su íntima relación con los usos militares demuestran que seguir adelante con la energía nuclear es una gran irresponsabilidad».

 


Pero el principal problema de las centrales sigue siendo el almacenamiento de los residuos. El combustible gastado en las centrales nucleares tiene una elevada radiactividad y su periodo de enfriamiento se calcula entre 20.000 y 100.000 años. De momento, en España cada central lo almacena en sus propias piscinas y contenedores de hormigón, pero ya están llegando al máximo de su capacidad, y se prevé que en esta legislatura se aborde la creación de la planta de residuos de alta actividad que se ha convertido en una `patata caliente´ que nadie quiere en su casa. Si ningún territorio acaba aceptando, se optará por construir nuevas piscinas como medida temporal, pero es muy probable que alguna de las ciudades donde ya existe una central nuclear se deje seducir por los cuantiosos incentivos económicos que el Gobierno está dispuesto a dar.

 

[Fuente: Isabel Navarro/ xlsemanal]

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