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Biografía.- María Estuardo


• BIOGRAFÍAS


Toda su vida estuvo marcada por intrigas palaciegas, apasionados amoríos y traiciones sin fin. María Estuardo se vio envuelta en una cruel guerra entre católicos y protestantes en la Gran Bretaña del siglo XVI. La reina escocesa murió decapitada cuando tenía 44 años.

► María Estuardo, la bella y desdichada reina de Escocia

■ Mujer de singular belleza, encarnó a la perfección el papel de abnegada monarca víctima de los acontecimientos que marcaron el destino de su Escocia natal. Las cruciales circunstancias políticas que la rodearon hicieron de ella un símbolo de la lucha entre católicos y protestantes por el poder absoluto en Gran Bretaña.

Nacida el 8 de diciembre de 1542 en Linlithgow (Escocia), fue la única hija superviviente habida en el matrimonio formado por el rey escocés Jacobo V y la noble francesa María de Lorena. De inmediato, el infortunio hizo acto de presencia en la vida de la pequeña María, dado que sólo seis días más tarde de su nacimiento, su padre falleció dejándole la inesperada responsabilidad de la corona.

A los pocos meses, fue proclamada reina de Escocia y, para mayor seguridad del reino, quedó prometida a Eduardo VI, hijo del rey inglés Enrique VIII. Estos protocolos nupciales fueron denunciados por buena parte de la nobleza escocesa, que no veía con agrado una hipotética unificación de los dos estados. La ruptura del acuerdo desató la ira de los ingleses con la consiguiente invasión del norte de la isla a cargo de tropas enviadas por Enrique VIII. La guerra se generalizó y los escoceses solicitaron la ayuda de su aliado francés. En julio de 1548, una escuadra francesa sacaba a María de Escocia para conducirla a Francia bajo la promesa de una futura unión matrimonial con Francisco, heredero al trono del país galo. La reina niña quedó amparada por los Valois en una corte parisina donde recibió una refinada instrucción académica.

En abril de 1558 contrajo nupcias con el delfín Francisco en la catedral de Notre Dame. Sin embargo, al año siguiente de esta celebración se concatenaron diversos acontecimientos que ensombrecieron el destino de la joven soberana. Las muertes de su madre, del rey francés Enrique II y, finalmente, de su marido, dejaron a la Estuardo en una posición tan comprometida como angustiosa, con lo que optó por regresar a su tierra.

El 19 de agosto de 1561 desembarcaba en Escocia a la espera de acontecimientos. Lo cierto es que la casi totalidad de la aristocracia católica en Gran Bretaña se sentía oprimida por su gobierno y veía con ilusión la llegada de María, en cuya figura representaban la legítima reina que uniría ingleses y escoceses en detrimento de su prima Isabel I, una anglicana convencida en la promesa de erradicar el catolicismo.

En 1565 llegó un segundo matrimonio para María. El elegido fue su primo hermano Lord Darnley, hombre de intenso atractivo, por lo que muchos le consideraron el hombre más guapo de Europa. No obstante, Darnley reunía escasas virtudes para ser consorte de una reina; era ambicioso, borrachín, arrogante y promiscuo, lo que le procuró una leyenda negra de la que María hizo caso omiso durante algún tiempo, acaso porque estaba más ocupada en recibir las atenciones de un apuesto italiano, David Riccio.

Sea como fuere, los enemigos de la casa Estuardo se conjuraron una vez más. El 9 de marzo de 1566, un grupo de nobles desafectos entró en las estancias palatinas donde cenaban la reina y su secretario para asesinar a éste mediante 56 puñaladas. Acto seguido, apresaron a la soberana en el castillo de Hollyrodhouse, fortaleza de la que logró escapar unos días más tarde gracias a la ayuda de su esposo. Fue un momento de cierta zozobra, pues María se encontraba embarazada de cinco meses y la pérdida de un posible heredero sería fatal para los intereses de Escocia. Empero, el niño nació semanas más tarde recibiendo el nombre de Jacobo, futuro rey de Escocia e Inglaterra.

En 1567, Lord Darnley murió en extrañas circunstancias. Ese mismo año la reina trabó relación sentimental con el protestante James Hepburn, conde de Bothwell, con el que se casó sin que pudiera evitar con ello una sublevación general en Escocia instigada por la aristocracia de mayoría protestante. María, tras ser derrotada en la batalla de Langside, abdicó en su hijo Jacobo VI, para luego huir incomprensiblemente a Inglaterra, donde solicitó la protección de Isabel I. La reina virgen, perpleja por la insólita petición de su mayor rival, se limitó a trasladarla de un castillo a otro durante años, tiempo suficiente para reunir pruebas acusatorias en las que se demostraba la implicación de María en conspiraciones que pretendían derribar el trono inglés en beneficio de la escocesa.

El 8 de febrero de 1587, María Estuardo, después de un dudoso proceso judicial, fue decapitada ante la desesperación del mundo católico que veía esfumarse con este acto su aspiración de recuperar el poder religioso y político en Inglaterra.

El Rincón de "Fali"

[Fuente: JUAN ANTONIO CEBRIÁN, Ilustración, GASPAR MEANA

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