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Biografía.- Cervantes

• BIOGRAFÍAS

En la batalla de Lepanto perdió la mano izquierda, los piratas le raptaron e hicieron preso en Argel por cinco años y la Iglesia le excomulgó en trece ocasiones.

♦ Enigmático. El autor de “El Quijote” no pasó por la Universidad, fue militar y recaudó fondos para la Armada Invencible. En sus últimos años en Madrid, se vio envuelto en crímenes.

► Cervantes, el príncipe de las Letras españolas .

Según las últimas investigaciones sobre el famoso autor de El Quijote, hoy podemos deducir que ese lugar de La Mancha del que no se quería acordar es Villanueva de los Infantes, un hermoso pueblo de la provincia de Ciudad Real. Ese sería el punto de partida para uno de los relatos más asombrosos de toda la literatura universal, sólo equiparable en traducciones y ventas a la mismísima Biblia. Con todo, Cervantes y su vida siguen constituyendo un gran enigma.

No menos de 10 ciudades y pueblos se atribuyen el nacimiento de nuestro escritor más universal. Ante las diferentes hipótesis natalicias, lo único tangible que se puede ofrecer es un documento eclesiástico archivado en la iglesia de Santa María, en el que aparece su nombre y su bautismo, el 9 de octubre de 1547 en la muy noble ciudad de Alcalá de Henares (Madrid).

Nació el 29 de septiembre de ese año y era hijo del cirujano barbero don Rodrigo de Cervantes y de doña Leonor de Cortinas, siendo el cuarto vástago de un total de siete habidos en ese matrimonio humilde. Su infancia está jalonada por un continuo trasiego de ciudad en ciudad: Valladolid, Córdoba, Sevilla y Madrid, donde finalmente se instala la familia Cervantes. El pequeño Miguel no recibió, a decir verdad, una instrucción académica muy constante, sí parece que estudió en un colegio jesuita vallisoletano y en otro erasmista madrileño, pero no está confirmada su presencia en la universidad de Salamanca, como algunos deducen. Lo que sí es cierto es que con 22 años tuvo que salir con precipitación de España por determinadas pendencias y varapalos en los que anduvo involucrado. Por entonces, la salida natural para cualquier joven con problemas era Italia, y allí viajó para servir primero como ayudante del cardenal Acquaviva y, posteriormente, en calidad de soldado de los Tercios españoles.

En octubre de 1571, participó a bordo de la galera Marquesa en la batalla de Lepanto, según sus propias palabras: “La mayor ocasión que vieron los siglos”. En aquel trascendental combate recibió dos heridas de arcabuz que le imposibilitaron la mano izquierda. Una vez de regreso a España en 1575, su barco fue abordado por piratas berberiscos en la desembocadura del río Ródano, con la mala fortuna de ser capturado y llevado preso a la ciudad de Argel en espera del consabido rescate económico. Fueron cinco años de cautiverio en los que Cervantes comenzó a idear su obra literaria. Al fin fue liberado el 19 de septiembre de 1580, gracias a la eficaz intercesión de los frailes trinitarios. Una vez en casa, comprobó con tristeza como las penurias dominaban su situación familiar; ya no había lugar para su abandonada carrera militar, y ahora debía asumir oficios de bajo escalafón, mientras soñaba con ser un autor literario consagrado. Con 37 años se casó con Catalina de Salazar y Palacios, una bella joven de 19 años quien le dio el “sí” en el pueblo toledano de Esquivias.

En 1585 aparece su primer libro, al que tituló La Galatea. En ese periodo, trabajó en la recaudación de impuestos reales destinados a la magna empresa de Inglaterra, conocida popularmente como la Armada Invencible. Víctima de un malentendido o quizá no, sufrió presidio en Sevilla por entenderse que se había apropiado indebidamente de algunos fondos; fue 13 veces excomulgado por la Iglesia por su obcecación en reclamarla el pago de las tasas establecidas. Precisamente, en la penitenciaría sevillana dicen sus exégetas que empezó a gestar el personaje de don Alonso Quijano.

Solicitó, dada su condición de veterano de guerra, un oficio de Indias con la pretensión de empezar nueva vida en el continente de las oportunidades pródigas, pero esto también le fue negado, obligándole a deambular por el sur peninsular casi como un forzoso vagabundo. Paradójicamente, esta condición le puso en contacto directo con el pueblo llano, sus paisajes y paisanaje, lo que a la postre sería fundamental para dotar a sus obras de consistencia humana.

A finales del siglo XVI, Cervantes ya había escrito un buen número de poesías, relatos y comedias teatrales. En ese tiempo, Lope de Vega hacía furor con su forma peculiar de entender el teatro y, si bien en origen fueron amigos, posteriormente se creó entre ellos una agria enemistad plasmada en determinados textos donde no se reparó en gasto a la hora de vilipendiar al contrario.

En 1605 se edita la primera parte de “El Quijote”, pero su modesto éxito no saca de pobre a su artífice, aunque le permite publicar en 1613 una recopilación escrita anteriormente bajo el título Novelas ejemplares. Un año más tarde surgirán Viaje del Parnaso, y Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados. Y en 1615 la segunda y definitiva parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

Sus últimos años los pasó en Madrid donde, lejos de vivir en paz, se vio envuelto en diversas disputas y crímenes, así como en algún traslado domiciliario hasta su última casa en la calle Francos. Enfermo de hidropesía y parálisis, falleció el 22 de abril de 1616, siendo enterrado de caridad al día siguiente con el sayal franciscano en el convento de las Trinitarias Descalzas de la actual calle Lope de Vega en Madrid. Por desgracia, sus restos mortales se extraviaron desconociéndose hoy en día su paradero. Un año después de su óbito, se editó su obra póstuma Los trabajos de Persiles y Segismunda. Miguel de Cervantes sufrió a lo largo de su existencia toda suerte de calamidades, las mismas que le ayudaron a ser considerado in eternum “gloria universal de las letras españolas”.

El Rincón de "Fali"

[Fuente: JUAN ANTONIO CEBRIÁN]

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