¡Viva er Betis man que pierda! Todos al Estadio

• ANÉCDOTAS BÉTICAS

► Dos anéctotas de beticos forofos.

■ Con motivo del Centenario del Real Betis Balompié, del que di cuenta en un post titulado: Real Betis Balompié, Centenario y de 11 de los corrientes.

A su presidente Ruiz de Lopera lo interviuvaron en la Emisora COPE. Y de varias anécdotas que contó, de las que tomé buena nota, paso a relatar dos de las que más me gustaron:

■ Anécdota 1:

Les viene de antaño. No hay mejor ejemplo para un bético que se precie de ello, que la de tener su carnet de socio antes de su nacimiento.

Para ello, el matrimonio, cuando la esposa está encinta de varios meses del futuro niño bético y a la que ya se le puede apreciar cierto volumen en su vientre, se personan en las instalaciones del Estadio Ruiz de Lopera. Requieren la presencia de su Presidente Don Manuel, al que le solicitan el carnet de socio para su futuro hijo. Confeccionado éste, proceden a hacerse uno foto con Don Manuel; el padre con el carnet en alto y la madre un tanto de perfil. Ello es para demostrar el día de de mañana por el niño, ya adulto, que él era socio del Betis "antes de nacer".

■ Anécdota 2:

Un padre que asíduamente y con su hijo, acudían a los encuentros que el Betis disputaba en el Estadio Ruiz de Lopera, un día le comentó al muchacho:

"Te dejo dinero para que, cuando me muera, pagues anualmente mi carnet de socio del Betis. Me incineráis y las cenizas las introduces en un frasco de cristal. Cuando vengas al Estadio, las traes consigo y dejas el frasco en el asiento contiguo al tuyo".

El buen señor falleció y su hijo lo mandado por su padre cumplió. Sistemáticamente acudía al Estadio con su frasco de cristal conteniendo las cenizas de su padre y lo depositaba en el asiento adyacente que pagaba religiosamente.

El hecho era digno de todo comentario. Hijo y frasco de cenizas al lado, presentes en el Estadio.

Pero llegó el momento en que no podía introducirse en los Campos de Fútbol recipientes de cristal, por lo que procedieron a incautárselo.

El Hijo les hizo un breve relato de los deseos de su padre como bético, ya fallecido, y dieron la orden de que el frasco se lo entregara/recogiera en cada partido el utillero. Esto era un trastoro para ambas partes. Ambos -Hijo y Utillero- se quejaron . Se preguntaron que solución podría tener y fue el hijo el que aportó la más acertada; introducir las cenizas en un tetrabrick, puediendo de esta forma entras/salir con ellas del Estadio.

Con él acudía a su Estadio cada vez que juega el Betis.

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[Fuente: Manuel Ruiz de Lopera en declaraciones a le emisora COPE]