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No existen aún Mapas

• ÚLTIMOS LUGARES DEL MUNDO (II)

► 2.- DE DONDE AÚN NO HAY MAPAS.

■ Si te quedas de pie en el paseo marítimo de Muynak, en Uzbekistán, antaño uno de los grandes resorts costeros de la Unión Soviética, no ves olas rompiendo en la playa, ni barcos llegar a un puerto que proveía de pescado desde Riga hasta Vladivostok. Lo único que podrás ver es arena extendiéndose hasta más allá del horizonte.

Bienvenido a lo que ha quedado del mar de Aral. Hace solo 40 años, este era el cuarto lago más grande del mundo, con una superficie de 68.000 kilómetros cuadrados. Ahora, casi todo eso se ha ido, y ha dejado 50.000 kilómetros cuadrados de desierto nuevo y sin cartografiar (equivalentes a Galicia, Asturias, Cantabria y La Rioja juntas). Hasta 1991 se podía culpar a los ingenieros soviéticos de esto. Ellos convirtieron las repúblicas de Uzbekistán, Turkmenistán y Kazajstán en una gigantesca plantación de algodón que absorbía el 90% del agua del río Amu Daria, que desembocaba en el Aral. Pero la situación no cambió realmente cuando se volvieron a casa. Hoy, el agua se usa para plantar algodón con el que hacer prendas que luego se venden en Occidente.

Los satélites han fotografiado el nuevo desierto, por supuesto. Gran parte de él es de un blanco brillante debido a los enormes depósitos de sal mezclados con los pesticidas de los campos. Unos pocos extranjeros han intentado conducir a través del lecho marino para confirmar las observaciones del satélite, según John Lamers, agrónomo de la Universidad de Urgench, en Uzbekistán. La mayoría no llega muy lejos. “El lecho no está completamente inexplorado, pero solamente una parte muy, muy pequeña de él ha sido examinada", dice. El resto es terra incognita hasta el momento.

No puede pasar mucho tiempo antes de que alguien decida que este nuevo desierto debe ser cartografiado y protegido. Después de todo, es único.

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