Poesía
· Si guardas en tu puesto, la cabeza tranquila
cuando a tu lado todo es cabeza perdida.
· Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.
· Si esperas, en tu puesto, sin fatiga en la espera;
si engañado, no engañas; si no buscas más odio
que el odio que te tengan.
· Si sueñas y los sueños no te hacen esclavo;
si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
· Si tropiezas al Triunfo, si llega tu derrota,
y a los dos impostores los tratas de igual forma.
· Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del orbe encanallado.
· Si vuelves al comienzo de la obra pedida
aunque esta obra sea la de toda tu vida.
· Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría,
tus ganancias de siempre a la suerte de un día;
y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.
· Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,
aún después de su fuga de tu cuerpo en fatiga;
y se agarren contigo cuando no queda nada
porque tú lo desea y lo quieres y manda.
· Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.
· Si marchas junto a Reyes con tu paso y tu luz.
· Si nadie, que te hiera, llega a hacerte la herida.
· Si todos te reclaman y ni uno te precisa.
· Si llenas el minuto inolvidable y cierto, de sesenta segundos que te lleven al cielo...
· Todo lo de esta tierra será de tu dominio;
y mucho más aún; serás Hombre, hijo mío.
Rudyard Kipling
(Traductor J. Miquelarena)
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