José Tomás, por la puerta grande de Las Ventas
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El diestro entra matar a su primer astado, al que cortó dos orejas
CRÍTICA: La lidia / Feria de San Isidro
EFE - 2008-06-05
■ La leyenda se engrandece. Un genio llamado José Tomás bordó el toreo y lo elevó a las más altas cumbres de la belleza. Madrid vivió una de las tardes más apoteósicas de las últimas décadas. La vuelta al ruedo con las dos orejas de su segundo toro fue inenarrable. Sonreía Tomás, siempre tan aparentemente triste.
La plaza coreaba "torero, torero, torero". Ésa debe ser la gloria. Un momento emocionantísimo, como fue la faena a ese quinto toro, primorosa por ambas manos. Sobrecogió a los tendidos con la más pura concepción de la tauromaquia. Una obra de arte total.
El diestro de Galapagar cortó cuatro orejas en su brillante regreso al coso madrileño.
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