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Biografía.- Julio Iglesias Puga


• BIOGRAFÍAS


Todo un padre. El ginecólogo gallego Julio Iglesias Puga pasea con sus dos hijos mayores por una céntrica calle madrileña (1946).

♦ Los 90 años de un personaje atípico y popular. {26-VII-1915 19-XII-2005}

► Julio Iglesias Puga

La prensa del corazón debería levantarle un monumento. El doctor Iglesias Puga ha sido una fuente de información constante, gratuita, amena y cordial, en contraste con la agresividad que se respira hoy en el mundo rosa, tanto por parte de la celebridad de turno como por el que le persigue con saña hasta convertirse en una pesadilla. Julio Iglesias Puga (Orense, 1915), se enfrentaba a la acampada de fotógrafos y micrófonos estacionada habitualmente ante su casa de Madrid, con humor y a veces con ternura. Decía que entendíaaquel trabajo. Hasta les echaba piropos a las reporteras porque su talante de caballero español con tintes de pillín le obligó a ejercer de seductor hasta el último día de su vida. Y cuando empezaron a llamarle Papuchi aparentó que lo consideraba un apodo entrañable y hasta dio las gracias por lo que otro se habría tomado como una impertinencia. El doctor Iglesias era el portavoz oficioso del clan Iglesias-Preysler. Daba las últimas noticias sobre posibles bodas y embarazos aunque confundía deseos con realidades y fantasías, pero metía la pata de una forma tan encantadora que sus famosos nietos acababan perdonando sus indiscreciones. Las mujeres españolas también le deben mucho al que fue el ginecólogo más joven y preparado de la Seguridad Social en aquella España de los años 40 donde era dogma de fe parir con dolor y tener los hijos "que Dios mande". Julio Iglesias Puga fue de derechas toda la vida. Llegó incluso a ser diputado provincial en el apogeo del franquismo, pero su formación científica estuvo siempre por encima de cualquier ideología. Una cualidad que le llevó a ser uno de los fundadores de la Maternidad de la calle O’Donnell, en Madrid, donde llegó a ser el responsable del departamento de esterilidad y planificación familiar. También fue un acérrimo defensor del parto sin dolor dentro de su batalla para conseguir mejoras históricas en la calidad de vida y salud de las embarazadas y parturientas. Entendía la medicina como un servicio social y no como un medio para hacer fortuna, consideraba que ante la enfermedad o los problemas de salud, todas las mujeres son iguales y merecen la misma atención. Precisamente fue su intuición profesional lo que impidió que operaran a su hijo Julio de una lesión en la espalda después de un accidente de tráfico que le tuvo inmovilizado durante año y medio. Sentado en la cama del hospital y con una guitarra en la mano, Julio Iglesias hijo compuso canciones como La vida sigue igual, inspirada en los pacientes de su alrededor, a los que veía morir y en el llanto que escuchaba a los niños recién nacidos que saludaban la vida. Su padre supo entonces que su hijo mayor sería un gran artista, tenía empeño y ganas de luchar. El médico estaba seguro de que Julio mejoraría sin necesidad de arriesgarse con la delicada operación que podría dañar su médula espinal para siempre. La premonición del padre y la fuerza de voluntad del hijo hicieron el resto. Cuando el cantante rompió su matrimonio con Isabel Preysler y dejó España para conquistar el mundo desde Miami, el doctor Iglesias lo dejó todo para apoyar la nueva etapa de su hijo. El médico se había separado de su esposa Rosario de la Cueva, la madre de Julio y su otro hijo Carlos, gran profesional de la medicina que también abandonó su prometedora carrera para hacerse cargo de los asuntos de su hermano artista. El clan Iglesias era entonces sólido y compacto como una roca. Julio y su padre se adoraban. El doctor fue siempre confidente, amigo, cómplice, paciente y comprensivo con los altibajos de humor propios de una estrella del espectáculo. Y también depositario de sus secretos. Cuando en diciembre de 1981 Julio Iglesias se enteró de que su padre había sido secuestrado por ETA, se dio cuenta de lo importante que era en su vida. Veinte días después, la policía liberaba al doctor Iglesias. Y Julio, agradecido, le ofrecía al comisario Domingo Martorell, cerebro de la liberación, convertirse en su mano derecha, manager y negociador de todos sus contratos. El secuestro no dejó huellas en el carácter vitalista y positivo de Julio Iglesias Puga. Conquistador impenitente, cuando tenía 72 años empezó a salir con Roona Keith, alumna de Filología en Madrid que acababa de cumplir 25 y hacía anuncios para ayudarse en sus estudios. Después de 11 años de relación discreta, quizá para no ofender a su ex mujer, Charo de la Cueva, el doctor se casó con Roona en 2001, muerta ya la madre de sus hijos. La decisión de Papuchi de tener un hijo a los 89 años, el pequeño Jaime, no fue bien entendida por todo el mundo. En realidad se trató de un acto de profunda generosidad por parte del doctor Iglesias. "Quiero dejar este regalo a mi mujer, dejar las cosas bien hechas para que esté acompañada en su viudedad", confesaba un día. El segundo hijo del matrimonio nacerá tres meses después de la muerte de su padre. Lo cierto es que Roona Keith, será así un miembro más de pleno derecho del clan Iglesias, tendrá seguridad económica y dos hermosos hijos recuerdo de la época feliz que vivió con un personaje singular, alegre y divertido con el que fue muy feliz. "Nuestra relación está basada en el respeto y en la comprensión, no hay preguntas", explicaba hace unos meses el doctor Iglesias. Julio Iglesias Puga ha muerto a los 90 años, dando gracias cada mañana de que la vida le regalara un día más para poder hacer su hora de natación, pasear, hacer mil gestiones, comer de forma frugal, el único secreto de su espléndida salud, y sobre todo ver crecer a su hijo.

[Fuente: María Eugenia Yagüe]

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