◄ ¡ Hola ¡ Saludos desde MÉRIDA (España). Ciudad romana y Monumental. Si puede, no deje de visitarla. │◄ Hello! Greetings from MERIDA (Spain) Roman and Monumental City. If it can, it does not let visit it │◄ Bonjour ! Salutations de la ville romaine et monumentale de MÉRIDA (Espagne). Si elle peut, elle ne laisse pas la visite il. │◄ Hallo! Grüße MÉRIDA (Spanien) von der römischen und hervorragenden Stadt. Wenn sie kann, läßt sie nicht Besuch es. │◄ Ciao! Saluti dalla città romana e Monumental de MERIDA (Spagna). Se può, non lascia la chiamata esso. │◄ Hello! Cumprimentos da cidade Roman e Monumental de MERIDA (Spain). Se puder, não deixa a visita ele.

Biografía.- Richard Francis Burton


• BIOGRAFÍAS


♦ Hablaba más 30 de lenguas y otros tantos dialectos, trabajó como espía, descubrió el lago Tanganica y fue el primer europeo que entró en La Meca. Además, este aventurero inglés, nacido en 1821, tradujo libros desconocidos en Occidente como "El Kamasutra" y escribió más de 40 obras.

► Richard Francis Burton, un explorador seducido por Oriente

Fue paradigma de los viajeros ilustrados decimonónicos, políglota consumado, escritor erudito y aventurero por los continentes de la Tierra, autócrata convencido, espadachín, espía, diplomático... En su Inglaterra natal no quisieron rendirle los honores que, sin duda, mereció por sus proezas.

Nacido el 19 de marzo de 1821 en Elstree, Hertfordshire (Inglaterra), pertenecía al seno de una familia de militares inscrita en la más rancia ortodoxia británica. Sin embargo, el pequeño Richard adolecía de espíritu disciplinado y pronto dio muestras de que su vida sería excitante.

Estudió en Oxford, lugar donde retó a duelo a su primer enemigo, tras haberse burlado éste de su frondoso bigote. No en vano, con el tiempo fue considerado el tercer espadachín del imperio británico, pues la esgrima era su verdadera pasión. En 1842 eligió la carrera militar con un primer destino en Sind (La India), donde permaneció siete años en calidad de oficial adscrito a la Compañía de las Indias Orientales.

En ese lugar descolló en el aprendizaje de diversos idiomas locales, lo que le proporcionó gran prestigio por su gran capacidad políglota. Según se cuenta, llegó a dominar más de 30 lenguas y otros tantos dialectos. Esto incrementó su curiosidad por el entorno que le rodeaba y, en 1853, fue el primer europeo occidental que entró disfrazado de peregrino afgano en las ciudades de La Meca y Medina, auténticos santuarios del islam prohibidos para los que no profesaran la fe de Mahoma. En ellos observó con ojos de cronista las grandes reliquias veneradas por los ismaelitas, verbigracia la misteriosa piedra negra de La Meca, en la que el inglés creyó ver y, con razón, un meteorito.

Más tarde, se interesó por el continente negro explorando, en compañía de tres jóvenes oficiales británicos, las latitudes pertenecientes al cuerno de África. Durante esta aventura resultó herido; se hallaba en mitad de una refriega entre tribus hostiles cuando una lanza somalí impactó contra su mandíbula. Una vez recuperado, fue llamado por su gobierno para trabajar como agente secreto en la guerra de Crimea, conflicto en el que prestó, gracias a su innegable habilidad con los disfraces, un magnífico servicio.

Su aspecto físico era el de un hombre fornido de elevada estatura y tez morena, por lo que muchos amigos le apodaban gitano. Esta morfología, junto a su facilidad para hablar con pulcritud extrema y sin acento extranjero idiomas como árabe o parsi, le permitió fundirse con las diferentes poblaciones y gentes que iba visitando.

En 1857 regresó a África para iniciar, en compañía del capitán John Hanning Speke, la enigmática búsqueda de las fuentes del Nilo. Un año más tarde, tras múltiples vicisitudes y enfermedades, ambos exploradores descubrieron el lago Tanganica. Pero Burton no sólo debe ser recordado por sus trepidantes peripecias geográficas, sino también por ser un versado escritor capaz de transmitir múltiples sensaciones heterodoxas en unos 40 títulos, alguno de ellos de recuerdo imperecedero como Las montañas de la luna. Asimismo, realizó traducciones muy bellas sobre libros orientales casi desconocidos hasta entonces: El Kamasutra, El Ananga Ranga o Los cuentos de las mil y una noches.

Viajó constantemente buscando rendir homenaje ante las tumbas o lugares transitados por hombres, como el explorador inglés Thomas Coryat o el poeta portugués Luis de Camoens, que le inspiraron en su trayectoria vital. Es difícil compendiar en pocas líneas todo el saber acumulado por Burton. Fue un rebelde provocador que se enfrentó a la rígida sociedad victoriana invocando los beneficios de la poligamia mientras luchaba contra la esclavitud, incluso llegó a tener devaneos con las ciencias ocultas, por lo que algunos le tacharon de alquimista satánico.

Lo cierto es que fue un experimentador nato, que sentía interés por todo en una búsqueda constante del espíritu. Esto le llevó a merodear por diferentes religiones: el cristianismo o el islam, aunque al final se decantó por el sufismo oriental, mientras se casaba con la católica Isabel Arundell.

Su patria, lejos de grandes reconocimientos, sólo le concedió oficio de embajador en lugares remotos como Sao Paulo, Damasco, Fernando Poo o Trieste, donde falleció de forma repentina el 20 de octubre de 1890. Tras el óbito, su mujer, en un gesto poco aclarado, quemó sus documentos y manuscritos privados, con lo que evitó que se supiera más sobre su azarosa vida. En Inglaterra se le negó la gloria que le pertenecía, cuando el gobierno no autorizó que su cuerpo reposara en el panteón de hombres ilustres de Westminster. En todo caso, es un simple detalle que no oscurece la biografía de este hombre amante del amplio y misterioso mundo que le rodeó.

[Fuente: JUAN ANTONIO CEBRIÁN]

Divúlgalo

0 comentarios: