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LOS NUEVOS ESCOLTAS

Fotografías por: Javier VÁZQUEZ
Se buscan escoltas

Jóvenes en paro o con necesidad de ganar dinero en poco tiempo están integrando la nueva legión de guardaespaldas que se desplaza al País Vasco y a Navarra desde que ETA declaró el final del alto el fuego. Con el aumento de la lista de amenazados por ETA, los nuevos alumnos tienen ya trabajo nada más salir de las academias En el País Vasco y en Navarra es raro ver a un escolta trajeado, pero los candidatos a guardaespaldas de concejales amenazados entrenan con traje. “Es para que aprendan a moverse en condiciones de incomodidad, incluso cuando van con corbata y zapatos de vestir”, explica Paco, uno de los profesores del Centro de Formación y Reciclaje en Seguridad (FYRS), un centro privado ubicado en un tranquilo y escondido paraje de la sierra de Madrid en el que ya se han formado 825 escoltas en los últimos cinco años. Ramón acaba de examinarse y espera el resultado. En 15 días aproximadamente el Boletín Oficial del Estado publicará la lista de aprobados. “Era fácil y me salió muy bien el examen –cuenta Ramón, madrileño de 26 años–. Ya me han hecho una oferta. Me iré a Navarra. Es un aliciente para los novatos saber que trabajo no nos faltará”. Y ahora menos que nunca. La ruptura del alto el fuego de ETA es la razón. Muchos cargos públicos habían prescindido de ellos durante la tregua. Ahora todos los concejales necesitan escolta, incluso los del PNV, que no los habían precisado antes, cuando las amenazas de los terroristas no iban dirigidas a ellos. Según cálculos de la Asociación Española de Escoltas (ASES), hacen faltan unos 200 nuevos guardaespaldas para Euskadi y Navarra, donde, antes de la tregua, 1.030 personas recibían protección. La amenaza de atentado es tan real que, además, la cúpula judicial vasca ha exigido que se duplique la escolta a los 205 magistrados de su plantilla. Hasta ahora los jueces que han solicitado protección cuentan con un solo guardaespaldas. Por si fuera poco, los ex concejales del País Vasco y de Navarra que han dejado su cargo tras las elecciones municipales también cuentan con escoltas privados que paga el Gobierno, algo que pocas veces había sucedido, ya que suelen ser los partidos los que mantienen la protección a sus ex concejales con sus propios fondos. A la academia de la sierra de Madrid llegan jóvenes, mayoritariamente hombres, en busca de un trabajo bien pagado. Los cursos son rápidos, de 240 horas como máximo. Se les exige buena forma física. En una de las galerías de tiro más grandes de España, los jóvenes alumnos practican en medio del estruendo de sus pistolas. No muy lejos, en una pista asfaltada, otro grupo entrena en conducción evasiva haciendo chirriar las ruedas de los coches de pruebas. Dentro, en el gimnasio, un instructor de Defensa Personal Policial enseña a los alumnos a desarmar a un agresor luxándole el brazo. Las aulas se ocupan por la mañana con grupos de 15 alumnos en clases teóricas de un programa que incluye Técnicas de autocontrol, Constitución Española, El pánico y sus efectos y Estudio de las armas reglamentarias. Para ser escolta privado es necesario poseer el diploma de vigilante de seguridad. Por eso, en los centros de formación ofertan los dos cursos a la vez por unos mil euros. Todos los alumnos saben que tendrán trabajo seguro: la de guardaespaldas es hoy una profesión muy demandada en España. Hay 5.000 en activo, de los que 1.800 trabajan en Euskadi y 750 en Navarra. Se buscan a través de anuncios en internet y en los propios centros de formación, y se les hacen ofertas de trabajo hasta en las sedes policiales donde se examinan. Las demandas en páginas como InfoJobs o Trabajar.com no piden experiencia previa, y, alguna, en el apartado de formación académica, especifica: “Sin estudios”. Ni siquiera se precisa poseer licencia de armas: al candidato que llega se le prepara para obtenerla. “A ver si tengo suerte y doy con una buena empresa –dice Daniel, de 27 años, que se acaba de examinar–. Es importante. Me han contado que algunas empresas te entregan el arma y te dejan tirado. También me han dicho que lo normal, al principio, es durar 15 días en el País Vasco. La presión es muy fuerte allí”. Sueldos más bajos El miedo plantea problemas familiares: “La que tiene miedo es mi novia –reconoce Javier, otro escolta novato–. Casi nos cuesta la relación cuando le dije que iba a trabajar de esto”. Este madrileño, de 26 años, se quedó en paro hace unos meses. “Era encargado de un supermercado y no me renovaron el contrato. Siempre me ha gustado el tema policial, pero me ha dado pereza prepararme unas oposiciones. Esta es mi oportunidad y se gana mucho”. El factor económico impera a la hora de tomar la decisión de convertirse en guardabien espaldas y los aspirantes saben que si trabajan en el norte los ingresos se triplican. No obstante, los sueldos han mermado en los últimos años. “En 2000 un escolta destinado en el norte podía ganar fácilmente 6.000 euros al mes –afirma Vicente de la Cruz, presidente de ASES–. Ahora lo normal es no llegar a los 3.000 netos”. Entre 2.500 y 3.200 euros netos al mes ofrecen la mayoría de las ofertas laborales que se anuncian en internet. A los novatos les mueve el dinero en primer lugar, y luego la vocación. “Siempre quise ser militar, incluso soy reservista voluntario –cuenta Pablo, madrileño de 43 años–, pero por mi edad ya no puedo ingresar. Ésta es mi única salida. Estoy deseando empezar; debe de ser gratificante ayudar y proteger a gente amenazada”. Para los escoltas más curtidos las cosas no son tan maravillosas. “Claro que nuestro trabajo es muy importante, pero no estamos reconocidos”, lamenta Ismael, guipuzcoano de 34 años, que lleva siete dedicado a cuidar de políticos del PP. “Lo de los sueldos altos es un mito –dice Ismael–. Para ganar 3.000 euros al mes tienes que trabajar 31 días seguidos sin descanso. Además nuestra efectividad, como colectivo, es irrisoria”. Según Ismael, el 70 por ciento de los escoltas que hoy están de servicio no han trabajado nunca bajo verdadera presión. “Toda la presión ha sido aguantar al vip (la persona protegida) hasta las tantas de la noche cuando se va de vinos”, ironiza Ismael. Para Helena Asensio, la responsable del sector de Seguridad de UGT, lo primero que habría que hacer es preparar bien a los futuros escoltas: “Si ya de por sí los requisitos exigibles por la Administración son muy limitados, en algunos centros ni siquiera se imparten los cursos adecuadamente. Cuando los escoltas se marchan al País Vasco, muchas veces no están preparados”. Este sindicato, que es el mayoritario en el sector de la Seguridad Privada, realiza cursos gratuitos para guardaespaldas. En el Centro FYRS el curso de preparación cuesta unos 600 euros. “Aquí les enseñamos más cosas de las exigibles por la Administración, como, por ejemplo, abortar un atentado en coche o un disparo al protegido”, explica Paco, el profesor de defensa personal policial. Los escoltas privados también se sienten, al igual que aquellos a los que protegen, objetivo de ETA. Y dado que su licencia de armas (tipo C) no les permite llevarse a casa la pistola, generalmente una 9 mm, esta semana los afiliados a ASES, unos 1.800 en toda España, van a hacer una petición: poder portar el arma siempre.
[Vía: Ana Mª PASCUAL Divulga este Pots

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